La colocación de radares en sitios estratégicos para evitar la conducción a demasiada velocidad y, por tanto, prevenir los accidentes de tráfico e incrementar la seguridad de las vías es una constante en las carreteras españolas. Aunque también hay conductores que creen que tales medidas obedecen a un excesivo afán recaudatorio.

Lo cierto es que son varios los modelos de radar que se instalan en las proximidades de las vías para "cazar" a quienes incumplen las normas de velocidad. Los hay fijos, de tramo y móviles, y en este último apartado figura uno que ha captado un conductor en una vía aragonesa este sábado y del que da cuenta la red Social Drive. 

En concreto, se trata de un radar trípode escondido detrás de una baliza divergente al final de una recta de la Nacional 122 que une Soria y Zaragoza, a la altura de la salida de Vera de Moncayo. El coche de la Guardia Civil de Tráfico está fuera de la vía, en el campo. 

Buena parte de los comentarios a esta publicación aplauden que se tomen este tipo de medidas para mitigar la velocidad y evitar accidentes. Además, algunos alaban que el radar no sea visible porque evita frenazos que, a su vez, pueden provocar choques en cadena. No en vano, está instalado al final de una prolongada recta cuesta abajo que continúa con una curva y que en ocasiones se puede coger con más velocidad de la adecuada para las características de la vía.        

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La Dirección General de Tráfico (DGT) cuenta en total con más de 2.500 –fijos, móviles y de tramo- para controlar que los vehículos cumplan con las normas en cada vía y no superen la velocidad máxima permitida: 120 km/h en autopistas y autovías; 90 km/h en las  carreteras convencionales.