En muchas ocasiones nos cuesta identificar las emociones que sentimos y las conductas que realizamos como consecuencia de estas emociones, que no sabemos nombrar y mucho menos gestionar. Y de ello fueron conscientes, hace ya más de cinco años, los responsables de la Asociación de Trastornos Depresivos de Aragón (AFDA) cuando trataban a los niños y adolescentes que venían hasta su sede, en la calle de Santa Lucía, 9, de Zaragoza, para buscar ayuda y encontrar solución a sus problemas.

Fruto de este ‘descubrimiento’, un grupo de profesionales que forman parte del departamento Infanto-Juvenil de AFDA decidió poner en marcha el proyecto ‘Creces’, que se ha convertido en un referente de la entidad, ya que no solo permite atender casos individuales, si no que aporta sus conocimientos de forma grupal a todos aquellos que lo demanden.

"La intervención es la mejor prevención, por eso ofrecemos nuestro servicio ‘Creces’ en centros escolares, institutos, Ampas, claustros de profesores, áreas sanitarias, centros sociales y otras muchas entidades. Gracias a 'Creces' educamos a los más jóvenes para que sepan manejarse con sus emociones y que esto les ayude en su aprendizaje", explica Sefora Ene, psicóloga sanitaria de AFDA y coordinadora de esta iniciativa, junto con Samara Saez.

La primera de las intervenciones fuera de la sede de AFDA tuvo lugar en el colegio Santo Domingo en 2017 y actualmente tienen más dieciséis proyectos activos en diferentes centros de Aragón en los que abordan temas relacionados con la gestión emocional, las habilidades sociales, la prevención del suicidio, el acoso escolar o la humanidad compartida, entre otros muchos asuntos de interés, que imparten en talleres mensuales o semanales, dependiendo de las necesidades de los centros a los que acuden.

"Es importante informar y formar sobre estos temas, pero lo más importante de todo es visibilizar la importancia de poner encima de la mesa los problemas mentales desde edades muy tempranas, que dejen de ser un tabú para que los jóvenes puedan verbalizar lo que sienten", apunta Samara Sáez.

Trabajo emocional

En este sentido, potenciar el trabajo emocional es uno de los pilares del programa. Enseñar a los más jóvenes a que ir al psicólogo no es un tabú, sino una necesidad igual que lo es ir al dentista o a cualquier otro especialista de la salud. "Este camino es importante que lo emprendan desde edades muy tempranas, si lo necesitan, ya que es la mejor manera de abordar los problemas y facilitarles las herramientas necesarias para que los sepan identificar y gestionar en un futuro más o menos próximo", afirma Sefora Ene, quien recuerda que en los últimos años se ha producido un incremento de la demanda infanto-juvenil en temas relacionados con la salud mental.

Esto puede deberse a muchos factores, entre otros, al hecho de que los jóvenes ven cada vez más natural verbalizar sus problemas, pero también puede estar motivado con otras razones derivadas de la soledad, el aislamiento o la incertidumbre de épocas recientes. Y para saber qué les ocurre y cómo pueden solucionarlo, AFDA cuenta con media docena de profesionales dedicados en cuerpo y alma al proyecto 'Creces'.

¿Qué hacen?

El proyecto ‘Creces’ surgió con el objetivo de mejorar las competencias emocionales en la infancia y en la adolescencia. Entre las principales líneas de actuación que llevan a cabo, de forma individual o colectiva, destaca:
Fomentar el autoconocimiento y desarrollar las herramientas necesarias para conseguirlo.
Ayudar a regular, etiquetar y aceptar las emociones.
Reconocer los sentimientos.
Mejorar las habilidades sociales y de comunicación.
Incidir en la empatía y la paciencia.
Favorecer el aprendizaje, la atención, la creatividad y el rendimiento académico.
Desarrollar amabilidad hacia sí mismos y hacia los demás.

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