Miradas de esperanza y preocupación entre la ceniza en Ateca

Fernando Júdez, fruticultor de 29 años, y José Manuel Casado, agricultor y ganadero de 52, confían en salir adelante a pesar del rastro dejado por el fuego.

Fernando Júdez, fruticultor de 29 años, y José Manuel Casado, agricultor y ganadero de 52, confían en salir adelante a pesar del rastro dejado por el fuego
Fernando Júdez recorre una de sus fincas afectadas por el fuego.
J.Z.

En el paraje de Santa Cruz, en un alto sobre el Manubles flanqueado por cerros teñidos de negro, los manzanos de Fernando Júdez, de 29 años, en plena campaña de recolección, ponen la nota de color verde. "El fuego se paró ahí -señala a parte de los árboles quemados- y aún entró, pero el camino hizo de cortafuegos. Cerca de donde tengo el generador mi familia bateó el fuego con cañas y lo conseguimos salvar. En otras dejé los riegos toda la noche y aún así abrasó algunos árboles", relata recordando el segundo día del fuego iniciado por los trabajos de reforestación que promovía Land Life.

En su caso, la peor parte de su explotación de 20 hectáreas se la han llevado 5 hectáreas de cerezos. "Los planté al empezar como joven agricultor tras estudiar en Movera y habré podido coger, tras el hielo que también le afectó, dos o tres cosechas y tampoco muy allá", reconoce. Ahora junto con su madre, sus tíos y ocho temporeros se centran en recoger royal gala. Para mantenerla ha tenido que sustituir infraestructuras de riego e ir reparando zonas taponadas y quemadas con la comunidad de regantes.

"Lloramos todos por vernos impotentes y la primera semana llevas muy mal cuerpo. Pero cuando ves que el campo ya mueve, te cambia el ánimo", explica. Mirando al futuro, reconoce que se acogerá a las ayudas extraordinarias de la DGA: "Yo el compromiso lo tengo, porque te piden arrancar y plantar en tres meses y mantener la actividad tres años, pero ¿y el que se jubila en uno o dos años?".

A este respecto, Júdez subraya que "casi no existe relevo generacional en la zona". "De mi edad, en el valle, hay muy pocos y en Ateca… Tras las personas de más de 50, el más joven soy yo". En plena campaña de riego, también recuerda que "hemos tenido que tirar cables nuevos y poner en marcha los sistemas con nuevas inversiones, de nuestro bolsillo".

Aguas arriba por el Manubles, en Moros, José Manuel Casado, de 52 años y cuya desesperación se difundió en forma de vídeo, se dedica al campo desde los 14 y a la ganadería de ovino desde el 94. "Esto es una piedra más, muy gorda eso sí, en nuestra rueda. Porque tenemos movilidad, pero habrán quedado 500 hectáreas sin quemar de las que 150 serán rastrojos. Eso hace que, en mi caso, tenga que recurrir a pastos artificiales de forrajeras", explica. En Moros, 112 personas han presentado 532 declaraciones de daños.

Esa alternativa, confiesa Casado, es "pan para hoy y hambre para mañana". "El invierno va a ser más duro, porque el coste de manutención va a crecer y no va a llegar, porque vamos a tener que tirar de lo que usaríamos en invierno", argumenta. De igual forma, reclama a la DGA "sentarse a hablar" y que lo sucedido sirva para "aprender y poner en marcha un plan integral de gestión forestal en el que participe la ganadería extensiva". "No es la panacea, pero ayudaríamos a quitar una parte importante de masa inflamable", apunta. En este sentido, pidió mejorar caminos y que se faciliten instalación de refugios o para que beban los animales.

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