Heraldo del Campo

Cebolla de Fuentes de Ebro: menos hectáreas y demasiado calor

Los productores de la Denominación están en campaña. La cosecha, adelantada por el calor, será corta debido al calor pero también al descenso de la superficie cultivada.

Agricultores integrados en la Denominación de Origen Cebolla de Fuentes de Ebro están estos días en plena campaña de recolección.
Agricultores integrados en la Denominación de Origen Cebolla de Fuentes de Ebro están estos días en plena campaña de recolección.
Cebolla Fuentes de Ebro DOP

Los agricultores de los municipios integrados en la Denominación de Origen Cebolla de Fuentes de Ebro están casi a punto de terminar la recolección de esta hortaliza con sello de calidad diferenciada que se caracteriza por sus capas internas blancas y por su textura tierna, crocante y muy jugosa, por su sabor suave y dulce, su escaso picor y su ausencia de retrogusto en boca.

No es lo habitual. En una campaña normal hubieran alargado la recolección hasta bien entrado el mes de septiembre. Pero nada es normal en esta campaña para el sector agrario y tampoco para esta producción cuya cosecha podría estar totalmente terminada en apenas una semana.

Mucho ha tenido que ver el calor. Las excesivas temperaturas registradas en junio hicieron que el ciclo vegetativo de este cultivo tomara velocidad y anticipara su salida a la superficie. Las frías temperaturas soportadas en invierno y el desbocado mercurio en la primera ola de calor que soportó la Comunidad antes incluso de que hubiera comenzado el verano también ha mermado la cosecha.

De hecho, las últimas previsiones del consejo regulador apuntan a una producción que podría rondar los 2,5 millones de kilos, muy lejos de las expectativas con las que comenzó la campaña y nada menos que casi la mitad de la cosecha conseguida el pasado año.

El tiempo no es, sin embargo, el único motivo. El número de hectáreas sembradas este año también se ha reducido casi un 30%. "Son decisiones y estrategias de algunos agricultores que solo conocen ellos", señala el presidente de esta denominación de origen, Jesús Berdusán, que asegura no saber el motivo por el que algunos productores han decidido dedicar menos superficie a esta producción que recorrió un largo camino para conseguir el sello de calidad y su reconocimiento en Europa en 2013.

Eso sí, la calidad del producto que llegue al mercado con el distintivo europeo -cada cebolla esta identificada- tendrá una "buena" calidad y quizá será algo más cara a pesar de que los productores han intentado ajustar precios y no repercutir los elevados costes de producción que han tenido que soportar durante esta campaña.

Cuando los productores de la Denominación de Origen Cebolla de Fuentes de Ebro comenzaron la siembra para la campaña de 2022 ya tenían claro que la cosecha sería menor que la del año precedente. No es que tuvieran datos anticipados de cuál iba a ser el comportamiento del clima -uno de los factores determinantes para la evolución del cultivo-.

Tampoco podían prever si el río Ebro llegaría o no con la furia que en otras ocasiones se ha llevado por delante una buena parte de su producción. Lo que entonces era evidente es que la superficie ocupada por este tipo de hortaliza, el única en España que luce sello de calidad diferenciada, era menor. Un 30% inferior. O lo que es lo mismo, aquellas 100 hectáreas sobre las que avanzaba este cultivo entre la ribera del río Ginel y del río Ebro, y en la que se encuentran los municipios de Fuentes de Ebro, Mediana de Aragón, Osera de Ebro, Pina de Ebro, Quinto y Villafranca de Ebro, se han reducido este año a unas 65 hectáreas.

La D. O. integra a tres empresas comercializadoras.
La D. O. integra a tres empresas comercializadoras.
Laura Uranga

El presidente de esta denominación de origen, Jesús Berdusán, asegura no conocer el motivo de esta decisión por parte de algunos agricultores, aunque reconoce que "preocupa mucho el frenazo que supone en la progresión que el cultivo estaba experimentando en los últimos años". La incertidumbre y la volatilidad de los mercados podría explicar estas decisiones, ya que algunos productores de la zona reconocen que este año han preferido dedicar las tierras que antes ocupaba la cebolla a la producción de cereal, atraídos quizás por sus elevados precios y su creciente demanda por la inexistencia del grano que hasta ahora procedía de Ucrania.

Este retroceso ya anunciaba una producción menor. "Entonces nuestra primera estimación era recoger unos 3,7 millones de toneladas, lo que suponía un millón menos respecto a los cuatro millones obtenidos una campaña antes, en 2021.

No se alcanzará, sin embargo, aquella primera previsión. Ya en plena campaña, "aunque todavía no está muy claro", señala Berdusán, todo apunta a que la cosecha de este año rondará los 2,5 millones de toneladas, algo menos de la mitad que la recolectada el pasado ejercicio. "Va a ser un campaña muy justa en producción", señala Berdusán. El motivo no ha sido otro que los vaivenes del termómetro. Las bajas temperaturas y las heladas del invierno afectaron a las siembras, pero fue sobre todo el intenso y sofocante calor de los meses de junio y julio los que no solo adelantaron la cosecha sino que además mermaron los rendimientos.

La recolección comenzó "unos ocho días antes de lo habitual", señala el presidente de la D. O., que explica que ante el estrés provocado por el disparado mercurio el tiempo de maduración se vio acelerado y el momento de la recogida llegó antes de lo que sería deseable. "Normalmente el momento álgido de la cosecha comienza el 1 de agosto, pero este año el trabajo más intenso se ha producido en el mes de julio", explica Berdusán.

Con una superficie cultivada menor, con una recolección adelantada y una producción mermada, la campaña también llegará a su fin antes de tiempo. De hecho, en la denominación de origen zaragozana calculan que para el 20 de agosto el trabajo en el campo esté totalmente concluido.

Menos empleo

Como no podía ser de otra manera, la caída de producción y el descenso de superficie se ha dejado sentir también en el empleo. En este 2022, la campaña de cebolla dulce con denominación de origen ha afectado también a la mano de obra. "No solo en cantidad, que también, sino sobre todo en la duración porque los días de trabajo se han acortado notablemente", explica Berdusán, De hecho, matiza, si el pasado año se ocupó a 200 trabajadores, en esta campaña solo han sido necesarios 150. El tiempo en el que estarán trabajando se ha reducido a un mes.

La buena cara de la campaña es la calidad del fruto recogido. Aunque el calor provocó afecciones y algunas cebollas están presentando "alguna quemadura" y no pueden recoger, las altas temperaturas, junto con la ausencia de precipitaciones han contribuido a que el fruto gozo de una excepcional sanidad, si bien, como reconoce Berdusán, las altas temperaturas han acelerado el ciclo productivo con lo que el calibre es algo menor y, por ello, también el número de kilos.

En cualquier caso, desde la denominación están satisfechos con las cualidades con las que esta hortaliza está llegando al mercado -en su inmensa mayoría nacional-. "Intentaremos que esta gran calidad supla la merma que ha tenido la cosecha y los consumidores sepan apreciarla y disfrutarla", destaca el vicepresidente de la D. O., Daniel Molina, que confía en que el descenso de superficie sea "puntual" y en próximos años vuelvan a recuperarse e incluso incrementar el numero de hectáreas dedicadas a esta producción son sello de calidad.

Unos meses en el mercado

Lo habitual es que la producción de la Denominación de Origen Cebolla de Fuentes, una de las pocas hortalizas que todavía mantiene su carácter estacional, llegue al mercado a partir del mes de julio y esté disponible para el consumidor hasta que finaliza el año. Pero en esta campaña también este tiempo de venta se acortará. "Con la producción de que disponemos estimamos que las ventas terminarán en noviembre", señala Berdusán, que detalla que el producto se comercializa enteramente en el mercado nacional, ya que la exportación continúa suponiendo un porcentaje prácticamente simbólico. De hecho, solo el 5% de la producción viaja hacia e exporta fuera de las fronteras españolas.

El presidente de la denominación de origen insiste en que la cebolla con este marchamo de calidad solo puede consumirse durante esos meses y reconoce que, como sucede con otros productos que cuentan con sello diferenciado (ya sean D. O. o IGP) la Cebolla de Fuentes de Ebro continúa teniendo que lidiar con aquellos que quieren utilizar su nombre para comercializar productos similares pero muy alejados de las propiedades y cualidades controladas que ofrece la denominación. Frente a ello, señala Berdusán, el consejo regulador insiste, sobre todo, con "información y promoción" dirigida al consumidor, al que recuerda que para distinguir lo auténtico de lo que no lo es solo es necesario tener en cuenta que cada envase y cada cebolla de forma individual luce una etiqueta con el logotipo de la Denominación de Origen Protegida que garantiza sus cualidades y su procedencia.

"También se hacen visitas a tiendas y supermercados para prevenir cualquier equívoco y desde el Gobierno de Aragón se realizan visitas aleatorias a los puntos de venta para verificar que lo que se comercializa como Cebolla de Fuentes de Ebro con denominación lo es realmente", detalla.

Cada cebolla se distingue de forma unitaria con el sello de calidad de la denominación.
Cada cebolla se distingue de forma unitaria con el sello de calidad de la denominación.
L. Uranga

Nuevas tierras de regadío

"La promoción es primordial y en la medida de nuestras posibilidades, pues somos una denominación pequeña, seguiremos haciendo campañas e insistiendo en la importancia de distinguir un producto único como es nuestra cebolla", insiste Berdusán. Pero estas acciones, asegura el presidente de la D. O., no solo están encaminada a plantar cara a las imitaciones. Tienen también como objetivo ganar fuerza en el mercado y conseguir una mayor demanda para impulsar además, el incremento de la superficie de producción.

A este fin contribuirá, confía Berdusán, la puesta en marcha de las obras de modernización y creación de 1.846 hectáreas de regadío en Fuentes de Ebro, que está previsto que estén concluidas el próximo año y que supondrán una inversión de 25 millones de euros. Una inversión impulsada por el nuevo modelo de financiación puesto en marcha por el Ejecutivo aragonés que ha permitido así desbloquear la situación de parálisis en la que se encontraba la creación de regadíos. De dicha superficie, esta previsto que el 50% sea de goteo de leñosos (45% de almendros y olivos y el 5% de pistachos); el 25% de cultivos extensivos (alfalfa, maíz y cereales de invierno) y el otro 25% se destine a superficie hortícola (también con riego por goteo), principalmente, para la cebolla con Denominación de Origen Fuentes de Ebro.

Y es que, como detalla Berdusán, uno de los problemas del cultivo de la cebolla es que tiene rotaciones largas en el tiempo y ahora como los regadíos tradicionales son inundables (por las avenidas del Ebro) "es cada vez más arriesgado" el cultivo de esta hortaliza en dichas tierras. "Ahora esas zonas se van a ver beneficiadas con los nuevos regadíos, que podrían permitir un nuevo impulso para estas producciones con sello de calidad", señala. Lo que no han cuajado han sido los proyectos en los que esta denominación ha estado trabajando "durante seis años", señala su presidente, con el objetivo de lograr que este producto pudiera estar en los lineales los doce meses del año.

Unos agricultores recogen cebollas de Fuentes de Ebro con D. O.
Unos agricultores recogen cebollas de Fuentes de Ebro con D. O.
L. Uranga

Para ello se puso en marcha un proyecto de cooperación, liderado por el consejo regulador y en el que participaban las comercializadoras integradas en la D. O., el Centro de Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), el Centro de Transferencia Agroalimentaria (CTA) y la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, con el que hacer frente a dos de los inconvenientes de este hortaliza: su temporalidad y las dificultades de su conservación, en la que además se producen numerosas mermas.

Los resultados no han sido los esperados y "los proyectos no han llegado a buen puerto", reconoce Berdusán, que matiza que, además, cuando llega el mes de diciembre el mercado nacional comienza a demandar cebolla recolectadas en los meses de octubre y noviembre.

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