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La espera en Torrijo de la Cañada: "Hay gente bastante mayor que vive en el pueblo, que no quiere moverse"
El municipio se encuentra entre los que se vigila en el dispositivo del incendio de Ateca por si hiciera falta desalojarlo, pero, de momento, no les han comunicado nada.
Las personas que viven en los pueblos cercanos al incendio originado en el municipio zaragozano de Ateca siguen con preocupación el avance de las llamas, que han arrasado ya 14.000 hectáreas y obligado a salir de sus casas a unos 2.000 vecinos de Alhama de Aragón, Bubierca, Castejón de las Armas, Moros y Villalengua. El dispositivo de seguridad en el que participan las distintas administraciones ha hecho esta mañana balance, en el que ha incluido otras cinco localidades que se vigilan por su cercanía y en las que habría posibilidad de confinar o desalojar "preventivamente" en algún momento. En esta lista se encuentra Cetina, Contamina, Embid de Ariza, Villarroya de la Sierra y Torrijo de la Cañada. De momento, sus vecinos esperan instrucciones y no han sido desalojados.
"Hay gente bastante mayor que vive en el pueblo, que no quiere moverse", ha explicado una vecina al otro lado del teléfono, de las que se han quedado en el pequeño municipio de Torrijo de la Cañada. Habría ahora unas 80 personas en el municipio. Algunas de las familias que viven estos días residen solo en verano y al declararse el incendio volvieron a sus primeras viviendas, muchas en Zaragoza. A las personas mayores que se han quedado les han aconsejado tener preparada una bolsa con ropa y los medicamentos. "No tenemos más que un poco de humo y el problema que tenemos es el viento", aseguraba, sobre los riesgos de un posible cambio de dirección, pero seguían en sus casas "tranquilos" dentro de la preocupación.
Cuatro horas sin luz ni teléfono
La pasada madrugada tuvieron algún sobresalto porque "estuvimos cuatro horas sin luz y sin teléfono", añade, con la consiguiente dificultad para avisar a los residentes si hubiera habido que desalojar. Reconoce que tras la larga noche pendientes de la evolución del fuego, del que solo ha llegado el humo que arrastra el viento, "estamos todos sin dormir". Algunos agricultores del municipio han salido incluso de noche con sus tractores para abrir cortafuegos de forma preventiva.
La preocupación ha sido mayor entre los familiares jóvenes que viven fuera del pueblo que entre los mayores que se han quedado. "Ellos no veían las noticias ni las redes sociales y no estaban tan asustados, pero la gente más joven estamos todo el día viendo vídeos por Whatsapp que nos llegan de amigos y nos asustamos", cuenta Irene Marqueta, diseñadora de moda zaragozana que se marchó este martes a por sus abuelos para llevarlos a la capital aragonesa. Ellos pasan temporadas en el pueblo, pero viven el resto del año en Zaragoza. "Ya tenías que ir por la nacional y hacer un camino más largo para luego retroceder hasta el pueblo", recuerda sobre el corte de carreteras que mantiene cerrada la autovía A-2.
Un grupo de jóvenes del municipio ha hecho circular un mensaje por las redes sociales en el que han destacado que los vecinos han luchado "con sus propios tractores" para crear cortafuegos y han denunciado el corte de luz y la falta de cobertura durante cuatro horas. Han lamentado que la ayuda hasta ahora ha sido "inexistente".
