Peluquería Tania Martín, 15 años con una semana de vacaciones: "Si cierras más días, te la juegas"

Con apenas 21 años, esta emprendedora de Santa Eulalia del Campo decidió montar su propio negocio. Lleva sola todo este tiempo y casi no ha cerrado ni las dos veces que ha dado a luz.

Tania Martín, en su peluquería
Tania Martín, en su peluquería
T. M.

Que Tania Martín se fuera a Valencia a realizar un curso de un año de peluquería fue, en parte, fruto de que, como ella misma reconoce, "no era muy buena estudiante". Así, lo que en principio puede parecer una desventaja, para esta emprendedora de Santa Eulalia del Campo (Teruel) fue el comienzo de su nueva vida. Con 18 años se mudó lejos de su pueblo para formarse en este sector, aunque solo fuera para probar. "Luego resultó que me encantó y estuve trabajando allí durante un año", relata. 

Pero pronto se dio cuenta de que con lo que ganaba no era suficiente y su madre le tenía que estar ayudando económicamente de forma constante. Por eso y también porque siempre tuvo en mente que quería volver a vivir en Santa Eulalia, regresó al pueblo para abrir su propio salón. Entonces, una jovencísima Tania (apenas tenía 21 años) le echó valor y ganas y subió la persiana de su peluquería. En aquella época ya había otras tres en la localidad y después de la suya no se han vuelto a abrir más. 

Reconoce que los primeros años fueron duros porque, aunque el local era suyo y no tenía ese gasto, hizo una fuerte inversión inicial que ha ido recuperando con mucho trabajo. Tanto es así que en estos 15 años la peluquería casi no ha estado cerrada más de una semana seguida nunca. Esto es digno de admirar teniendo en cuenta que siempre ha estado ella sola. "Cojo una semana de vacaciones en septiembre y, después de dar a luz a mis dos hijos, solo estuve una semana de baja con cada uno. Abría al menos de jueves a sábado para dar el servicio", recuerda Tania, que nunca ha querido cerrar más de 15 días porque, dice, "te la juegas a perder clientela".

"Cojo una semana de vacaciones en septiembre y, después de dar a luz a mis dos hijos, solo estuve una semana de baja con cada uno. Abría al menos de jueves a sábado para dar el servicio"

Este nivel de exigencia también viene motivado porque, según ha podido constatar en este tiempo, le resulta muy complicado encontrar gente válida para poderla sustituir. Es uno de los inconvenientes de tener un negocio en el medio rural pero que está más que compensado por las facilidades que Tania tiene a la hora de conciliar su vida laboral y familiar. "Soy mi propia jefa y me organizo como quiero. Incluso si tengo una clienta de confianza, le puedo dejar puesto un tinte, irme a recoger a mis hijos al colegio, llevárselos a mi madre y volver a la peluquería". Una ventaja que en una gran ciudad sería impensable.  

Lo que sí es igual que en cualquier capital es el servicio que se da en la peluquería, donde se han ido ampliando los servicios con el paso del tiempo y según la demanda y las tendencias. Así, en el salón, que es de grandes dimensiones, también hay espacio de rayos uva y una cabina en la que se hacen depilaciones con cera, fotodepilación y tratamientos de fotorrejuvenecimiento. La última incorporación ha sido la micropigmentación, un método que se emplea para rellenar cejas o colorear labios de forma semipermanente. "Para esto último viene una técnico más o menos una vez al mes. Lo empecé a traer con un poco de miedo pero la gente está respondiendo muy bien", asegura Tania. Y es que dotar a los pueblos de todos los servicios que pueden tener en las ciudades es de agradecer. 

En este caso, la población de Santa Eulalia (alrededor de mil personas censadas) apenas ha variado en el tiempo que la peluquería Tania Martín está en marcha. "Al contrario que en mi época, cuando todos los jóvenes se iban, ahora se están quedando y algunos incluso vuelven", asegura. Para favorecer este asentamiento de población en el medio rural es importante que haya servicios sin tener que desplazarse en coche a otras localidades y el que Tania presta es fundamental. Conscientes de ello y satisfechas con el trabajo de Tania, su clientela es fiel e incluso va a propósito desde otros pueblos de alrededor o de Teruel para poner sus melenas en sus manos. "Vienen de sitios donde hay peluquerías, como Monreal del Campo o Teruel. Incluso algunas que viven en Zaragoza o Valencia y tienen casa en Santa Eulalia esperan para venir aquí". 

"Vienen de sitios donde hay peluquerías, como Monreal del Campo o Teruel. Incluso algunas que viven en Zaragoza o Valencia y tienen casa en Santa Eulalia esperan para venir aquí"

"Empecé en plena crisis, no he sabido lo que era antes"

Aunque la pandemia ha sido una etapa dura para el negocio de Tania, como ella misma dice, empezó en plena crisis. "No he sabido lo que era antes de 2007". A pesar de ello, los primeros meses de la covid-19 los vivió con cierto miedo y desinfectando cada producto, cada peine o la manilla de la puerta incluso antes de que alguien la tocara. Con el tiempo volvieron las revistas y se recuperaron viejos hábitos aunque otros nuevos parece que han llegado para quedarse. "Antes de la pandemia sí que era más frecuente, sobre todo en hombres, que pasaran por la peluquería sin hora a ver si les podía hacer un corte rápido. Ahora ya va todo con cita y casi nadie viene sin ella". En la otra cara de la moneda está el aumento de la frecuencia con la que ahora van las clientas fijas de Tania. "Son gente mayor que antes venía una vez a la semana a lavar y peinar y, a raíz de la pandemia, empezaron a venir cada 15 días. Ahora siguen con miedo y no han vuelto a venir más a menudo". 

Tania Martín en el interior de su peluquería en Santa Eulalia del Campo
Tania Martín en el interior de su peluquería en Santa Eulalia del Campo
T. M.

Dentro de lo malo, a Tania Martín esta complicada situación la ha pillado con el negocio pagado, sin hipotecas, préstamos o un alquiler que pagar. "Si me hubiera tocado al principio, probablemente tendría que haber cerrado", asegura. Recuerda que los primeros meses de 2020, cuando echó la persiana de su negocio sin saber cuándo la volvería a subir, fueron duros. "Por lo menos no tuve que pagar autónomos y recibí una pequeña ayuda estatal que sirvió para cubrir gastos", apunta. Además, mirando el lado positivo, la pandemia le dio más tiempo para estar con sus hijos y su marido y también cierto respiro en su apretada agenda habitual.

La Peluquería Tania Martín (calle Calvo Sotelo, 50) abre de martes a viernes de 9.30 a 13.30 y de 16 a 19.30, y los sábados por la mañana, hasta las 14. En cualquier caso, estos horarios son orientativos porque, según la faena, algunos días puede estar hasta las diez de la noche. También presta servicios a domicilio para bodas y otros eventos, desplazándose si el cliente lo requiere a otros municipios de la zona. 

Ahora está en plena temporada alta, ya que estos meses de primavera están llenos de eventos. Después, con el verano, Santa Eulalia se llenará de gente y hasta después de sus fiestas patronales, que son a finales de agosto, el ritmo en la peluquería irá en aumento. Trabajar con una marca en exclusiva, los precios más económicos de los de las grandes ciudades y la confianza que sus clientes tienen en el buen hacer de la peluquera han consolidado el negocio de Tania. Lo del emprendimiento lo lleva en la sangre. Su madre regentaba un supermercado en el pueblo, su marido es autónomo y su hermana ha abierto recientemente una tienda. Se llama la Despensa de María Martín y, cuenta Tania, entre risas, que no pocos clientes entran a la peluquería hablándole de un establecimiento nuevo y preguntando si son hermanas. Lo dicho, en la sangre.

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