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Espuéndolas recupera su virgen románica procedente de la ermita de Santa Isabel

La talla se expone estos días en el Museo Diocesano de Jaca, porque es la principal novedad del XII aniversario de su reapertura, pero volverá al pequeño municipio de la Jacetania.

Talla de la virgen de Espuéndolas.
Talla de la virgen de Espuéndolas.
Laura Zamboraín

Los vecinos del pequeño pueblo de Espuéndolas, en la comarca de la Jacetania, están gratamente satisfechos y contentos con el resultado de la restauración de la talla románica de su Virgen de Santa Isabel, del siglo XI. Una pieza fundamental en su romería, que hace tiempo que no podían llevar en procesión por su mal estado de conservación, y que podrán recuperar este año gracias a los trabajos de mejora realizados por los restauradores Inmaculada Piedrafita y Gerardo Mur y financiados por el departamento de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón. La restauración ha tenido un coste de 6.000 euros. La talla de la virgen se expone estos días en el Museo Diocesano de Jaca, porque es la principal novedad del XII aniversario de su reapertura, pero es una pieza que volverá a la iglesia de Espuéndolas.

Tras ver el cambio de la Virgen, los vecinos de Espuéndolas agradecen “lo bien que ha quedado”. “La primera impresión me ha chocado y me ha encantado”, reconoce María Teresa Benedé, una de las vecinas de Espuéndolas. Además “ahora está más guapa”. Y es que la satisfacción es mayor “de verla así a como estaba”, porque “creía que no podríamos recuperarla, somos un pueblo pequeño”.

Mal estado de conservación

La iniciativa de esta restauración partió del párroco de Espuéndolas, mosén Vicente, que encargó a los restauradores del Museo Diocesano informes de la conservación de las iglesias de diferentes pequeñas localidades y advirtió del mal estado de conservación de esta talla. En total se realizaron 10 estudios, que fueron remitidos al departamento de Patrimonio del Gobierno de Aragón. Y como la Virgen de Espuéndolas era BIC, el ejecutivo aragonés decidió intervenir por el mal estado de conservación en el que se encontraba. De hecho, ya no se movía de la iglesia de Espuéndolas en la romería, que se celebra sobre el 2 de julio, porque no era recomendable. Los vecinos del pueblo crearon un estandarte con la imagen de la virgen, “subíamos en procesión a la ermita y al bajar entrábamos a dar gracias a la iglesia”. Posteriormente “celebrábamos una comida todo el pueblo”, recuerda María Teresa.

La directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, Marisancho Menjón, ha dado permiso este sábado a los vecinos de Espuéndolas para que puedan volver a llevar a su Virgen a la ermita el día de la romería. Eso sí, con todas las medidas de seguridad. Menjón ha participado en la presentación de la restauración, en el Museo Diocesano de Jaca, unos trabajos que se enmarcan en la celebración del XII aniversario de su reapertura.

La Virgen de Espuéndolas, una talla del siglo XII representa una virgen del tipo ‘Theotokos o Madre de Dios’, haciendo ella de trono del Jesús que aparece sentado sobre su rodilla izquierda. La talla está realizada en madera dorada y policromada y su estado de conservación en el momento de la intervención era muy deficiente. Es una talla del siglo XII de siglo de autor desconocido.

Para los restauradores de la pieza, ha sido un trabajo “gratificante y duro”, porque se ha centrado fundamentalmente en la cara de la virgen. “El resto más o menos estaba bien, pero a la cara le faltaba el 60%, por lo que ha sido difícil, y más cuando va a ser una Virgen que va a volver al culto, que hay que trabajar más para que a los vecinos del pueblo no les llame la atención”, reconoce Inmaculada Piedrafita, una de las restauradoras.

Gerardo Mur le ha ayudado con la restauración y señala que han sido dos meses de trabajo. “Se hizo una mejora del presupuesto para poder intervenir en el retablo” que acoge a la virgen. Dicho retablo fue restaurado en los años 90, “pero los criterios de restauración de entonces eran diferentes a los de ahora”, añade. “Había algunas lagunas de color marrón que se han retirado con pintura y reintegración cromática con colores similares”, señala Mur.

La directora general de Patrimonio ha señalado que la relación entre su departamento, el Obispado de Jaca y el Museo Diocesano es “habitual”, de manera que entre las dos hay una “relación continua”, y se van comentando las necesidades. “Esta nos pareció una intervención necesaria y muy gratificante porque es una talla que no tenía apenas ataque de xilófagos, solo una grieta y había que eliminar repuntes y suciedad”. El resultado “es espectacular, sobre todo viendo las fotos del antes y después”.

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