La covid en Aragón: Altera tres cursos escolares, relaja al exigencia académica y sube el estrés

Tres cursos escolares marcados por la covid dejan huella en profesores y alumnos. Los maestros han tenido que hacer frente a una docencia digital para la que el sistema no estaba preparado y a continuos cambios normativos y organizativos en sus centros. La salud mental de unos y otros se ha resentido y algunos expertos detectan ya un retraso en el aprendizaje escolar. La pandemia no ha dado tregua a las aulas y la variante ómicron supone otro desafío para gestionar el volumen más alto de bajas de profesionales de la historia.

Las consecuencias de la pandemia en el rendimiento escolar son una cuestión que genera opiniones encontradas. El Forum Infancias Aragón, en el que participan expertos de la salud, educación, ciencias sociales y el ámbito jurídico, ya alertaron hace un año que medio curso sin pisar las aulas, desde aquel 14 de marzo que se decretó el confinamiento hasta las vacaciones, podría provocar un retraso que se percibiría a medio plazo. Sin ser "larmista" pero "sí realista", Luis Álvarez Falcón, responsable del Área de Educación de este colectivo, apunta que se percibe un «desfase curricular" especialmente en los «cambios de etapa", de 6º de primaria a 1º de la ESO, de 4º de secundaria a bachillerato y el salto de este a la universidad.

"Las carencias y los contenidos no impartidos se han intentado paliar con planes de refuerzo, pero no es igual que la continuidad docente de un curso normal", reconoce Álvarez, que también imparte clases en el instituto Miguel Servet de Zaragoza. Con la presencialidad ya recuperada desde el curso pasado, las cuarentenas "provocan un retraso intermitente" cuyo impacto depende del perfil del alumno y del apoyo que durante ese tiempo puede recibir en su entorno familiar.

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Una impresión que comparte José Luis Flores, profesor de Geografía e Historia en el IES Cabañas de La Almunia de Doña Godina. "Tras el primer trimestre llama la atención una bajada de nivel en el alumnado sobre todo de 2º de bachillerato", cuenta. Lo atribuye a que por la crisis sanitaria "se ha levantado mucho el pie", lo que, a su parecer, es más sencillo de "reconducir" en secundaria o en primaria pero no a las puertas de la universidad.

Estragos en la salud mental

Los efectos sobre la salud mental de niños y adolescentes son muy notables y los expertos advierten de que seguirán aflorando en los próximos años. "Han aumentado sensiblemente los cuadros de ansiedad y de síntomas depresivos, pero los casos son muy heterogéneos. Los cuadros depresivos habituales en la adolescencia se manifiestan de un modo más grave", valora Manuel Martínez, psicólogo de la Asociación Aragonesa Pro Salud Mental (Asapme).

Las consultas privadas registradas en esta entidad por este tipo de trastornos entre menores han aumentado un 18%. "Una función de los centros educativos es que los niños aprendan a interactuar y relacionarse en un micromundo compartido con sus iguales en un entorno predecible y seguro. Esta interacción no se ha permitido y en su día a día lo que hoy sirve mañana no, algo que repercute negativamente en su situación emocional", explica.

Precisamente el presidente de Unicef en Aragón, José Manuel Pomar, urgió este miércoles en las Cortes de Aragón a llevar a cabo políticas contra la obesidad y para promover la salud mental en la infancia. El 17% de los menores tienen problemas de sobrepeso que en muchos casos se han agravado durante la pandemia.

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"Han aumentado exponencialmente los trastornos mentales en los niños, ansiedad, estrés, fobias y terrores emocionales, un conglomerado que influye negativamente en el aprendizaje", afirma Juan Antonio Planas, presidente de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía. Al mismo tiempo, constata que parte de los estudiantes con necesidades especiales de apoyo "se han quedado atrás y han empeorado bastante".

Planas también avisa de las consecuencias negativas de la tecnología. Recuerda que un reciente estudio de Unicef concluía uno de cada cinco estudiantes de la ESO podría estar sufriendo ciberacoso y que uno de cada tres se conectan más de cinco horas al día y lo hacen a costa de otras actividades como estudiar, descansar o estar con los amigos. La DGA implantó el pasado diciembre en los centros escolares un protocolo antisuicidio.

Para afrontar estos estragos emocionales, los equipos de orientación son pieza esencial. "Están infradotados. Actualmente hay un orientador por centro independientemente del número de alumnos. La Unesco estima que debería ser uno para cada 250 estudiantes", reclama Planas.

Sobrecarga burocrática

Esta pandemia obligó a la comunidad educativa a afrontar a contrarreloj una docencia digital con resultados desiguales. "Hoy por hoy todos los alumnos tienen su correo electrónico y se manejan aplicaciones para estar en contacto con las familias. La covid dio un empujón a este avance, pero aún queda mucho trabajo por hacer", reconoce Horacio Tabernero, director del colegio Agustina de Aragón de Zaragoza y miembro de la Asociación de Equipos Directivos de Infantil y Primaria de Aragón. Implantar de forma generalizada las clases en ‘streaming’ exigiría un gran esfuerzo económico por parte de la Administración.

Jorge Escudero

La virulencia de ómicron ha vuelto a incrementar más, si cabe, el trabajo burocrático que ya se había disparado desde principios de la crisis sanitaria. "Si en el primer trimestre de este curso dedicaba a la covid un 30% de mi horario, ahora es prácticamente la mitad. A las bajas docentes también se suman las ausencias de alumnos, que algún día llegan a un 30%. Y los problemas que surgen requieren inmediatez en la respuesta", cuenta Tabernero sobre su día a día. Lamenta que se ha convertido en un "burócrata gris", y eso porque está liberado de dar clase, lo que no ocurre en todos los casos.

Ómicron también ha puesto de relevancia las dificultades para cubrir las vacantes de profesores, bien por la propia saturación de la Administración para gestionarlas como por la carencia de especialistas en algunas materias. Educación convocó  este miércoles 46 plazas con contratos de larga duración que no se podían suplir con las listas de interinos y a las que pueden presentarse personas que no están en ellas siempre que cumplan los requisitos.

La covid obligó a retrasar las oposiciones de Secundaria y FP de 2020, que se retomaron en 2021 para celebrarse el pasado junio las de maestros. Este parón, como apuntan desde STEA, impidió reducir la interinidad que los sindicatos cifran en cerca de una tercera parte.