La carrasca milenaria de Lecina recibe alrededor de un millar de visitantes a la semana

El Ayuntamiento de Bárcabo y las propietarias de la encina han recibido el diploma que les avala como Árbol Europeo de 2021.

Acto de entrega del diploma a la carrrasca de Lecina acreditativo de Árbol Europeo
Acto de entrega del diploma a la carrrasca de Lecina acreditativo de Árbol Europeo
Rafael Gobantes

La carrasca de Lecina sigue siendo un revulsivo turístico para el municipio de Bárcabo, al sur del Sobrarbe, frontera con el Somontano, y donde viven algo menos de 100 habitantes. Desde su nombramiento en marzo como Árbol Europeo 2021, tras imponerse con rotundidad a las votaciones a otros ejemplares del continente, son muchos los visitantes aragoneses que la frecuentan. Las estimaciones del Ayuntamiento oscilan entre las 800 y el millar, sobre todo los fines de semana.

Ante este aluvión de visitantes, el Ayuntamiento ha tomado medidas para poder realizar una gestión sostenible. En la zona de parking, se han colocado baños portátiles y un dispensador de snacks y refrescos, así como contenedores para el reciclaje. El impacto ya se ha notado en la casa de turismo rural que está abierta los fines de semana. Al igual que la oficina de turismo para conseguir que el visitante acudan a otros enclaves.

Las previsiones una vez se termine el estado de alarma y puedan llegar de otras comunidades son muy optimistas aunque la alcaldesa, Carmen Lalueza, desea “que ojalá vengan escalonadamente”. Ante estas expectativas, el Ayuntamiento va regular el estacionamiento con un personal de vigilancia. Del mismo modo, Agentes de Protección de la Naturaleza velan porque la visita a la carrasca sea respetuosa con el medio ambiente los fines de semana. “El turista está siendo muy respetuoso con el medio”, apunta Lalueza.

La alcaldesa confía en que el tirón de la carrasca además “de traer mucha gente a nuestro territorio” sirva para emprender iniciativas turísticas que contribuyan a fijar población. En esa línea se ha expresado este mediodía en el acto de entrega del diploma acreditativo de Árbol Europeo, concedido por la responsable de la oenegé organizadora del concurso Árboles sin fronteras, Susana Domínguez. 

El acto además ha reunido a numerosos vecinos y autoridades como el director general de Biodiversidad, Bosques y Desertificación del Ministerio de Transición Ecológica, José Luis Marquínez, el consejero de Agricultura, Joaquín Olona, y vicepresidenta de la DPH, Elisa Sancho. Todos en sus discursos han elogiado el compromiso medioambiental de esta localidad y le han mostrado su apoyo para garantizar que su patrimonio natural se mantenga por generaciones. 

En este sentido, la alcaldesa ha querido tener un recuerdo póstumo muy especial a Nicolás Arasanz, el propietario de la encina que con sus cuidados consiguió que esta carrasca luzca su porte actual: un troncho de 7 metros, una altura de 16 metros, una copa de 30 metros y un diámetro de 615 m2. La alcaldesa informó que cada uno de los quince habitantes de esta localidad recibirán un diploma en sus casas.

El director general de Biodiversidad calificó a la encina “como el árbol que mejor representa a nuestro país y esta carrasca es un símbolo de la naturaleza y de nuestro país”. El consejero Olona destacó “el papel que juegan los habitantes del medio rural en la conservación de los hábitats, los poderes públicos tenemos que confiar más en esa sensibilidad”. La vicepresidenta Elisa Sancho pidió a las administraciones competentes “una legislación con discriminación positiva para los habitantes del medio rural porque los pueblos tienen que estar vivos para garantizar la naturaleza”.

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