Cinco años después de que el hundimiento del tejado obligara a su cierre, la iglesia parroquial de Santiago y San Miguel de Luna luce una nueva cubierta. Hace unos días finalizaron los trabajos de desmontaje de los andamios y de la grúa que durante todo este tiempo ha presidido la plaza Mayor.

No obstante, el templo no podrá reabrirse al culto hasta finales de abril o mayo, después de que hayan terminado los trabajos de limpieza y pintado del interior que, tras las obras, presenta una gran cantidad de polvo acumulado. En la cúpula se aprecian además grandes manchas causadas por las filtraciones que acabaron produciendo el hundimiento de parte del tejado sobre la bóveda en febrero de 2013.

La junta parroquial se reunió recientemente para dar el visto bueno a los trabajos de adecuación interior, que van a suponer una inversión de 50.000 euros. Para hacer frente a esta cantidad y también para poder completar la renovación de la cubierta se había solicitado ya un préstamo de 60.000 euros. "Contábamos con los últimos 90.000 euros del convenio suscrito entre la Diputación de Zaragoza, la Diócesis de Jaca y el Ayuntamiento y no eran suficientes para terminar, así que decidimos buscar financiación para completar el tejado y realizar los trabajos de la adecuación del interior de la iglesia, especialmente de electricidad, limpieza y pintura", explicó el alcalde de Luna, Luis Miguel Auría, que también forma parte de la junta parroquial.

El Ayuntamiento cuenta también con una aportación de 5.000 euros de la Obra Social de Ibercaja y que se suma a los 2.500 entregados anteriormente. Por su parte, la junta parroquial se ha encargado de recoger las aportaciones de los vecinos, que alcanzan otros 30.000 euros.

Un trabajo complejo

La cubierta de la iglesia de Santiago en Luna sufrió un grave hundimiento en el mes de febrero de 2013. Las termitas, la humedad, los excrementos de las palomas y las filtraciones de la lluvia fueron causando importantes desperfectos en la cubierta, que acabaron con su derrumbe.

La reparación ha supuesto la ejecución de un trabajo complejo y minucioso que comenzó por la limpieza de la gran cantidad de excrementos de paloma que cubría la bóveda. "En estos años se ha limpiado y reforzado la bóveda que estaba completamente agrietada, se ha sustituido la estructura de madera por otra metálica y se ha renovado la cubierta", indicó Fernando Pérez, responsable de la empresa Restauroegea. Han reutilizado parcialmente las tejas antiguas para cubrir, y las nuevas en las canales. Además se han eliminado las grietas del interior de la iglesia, algunas de gran tamaño, y se han reparado las molduras de piedra de los ventanales.

Renovada la cubierta quedará pendiente la restauración de la torre que va a continuar protegida con una red que evita la "posible caída de fragmentos de la piedra que se van desprendiendo porque está muy afectada por la erosión y además están los nidos de las cigüeñas", apuntó Auría. "Tenemos la palabra del Arzobispado de atender la restauración con cargo al próximo convenio".

Esta iglesia fue construida entre 1734 y 1767, es de estilo tardobarroco y posee piezas, esculturas y pinturas de importante valor histórico. Hasta que se reabra el templo, las dependencias del hogar parroquial acogen las misas entre semana, aunque el fin de semana se trasladan a la iglesia románica de Santiago.