El voto perdido

Que el PSOE ha perdido buena parte del voto en las grandes ciudades –como Zaragoza– y que esa es una de las causas de su declive electoral es una evidencia. Que ha perdido gancho entre los jóvenes y las clases medias, otra. Que debe volver a conectar con esos sectores es una urgencia, al menos si no quiere asomarse al precipicio existencial en el que se mueve la socialdemocracia europea. Los motivos son múltiples, pero todos bajo el denominador común de la falta de soluciones a una crisis que el socialismo ha intentado atajar con receta impropia. También ha aplicado recortes, ha reducido el gasto, ha sacralizado el déficit… Ha seguido a rajatabla el manual liberal en todo menos en un capítulo: el fiscal. Mientras apretaba el cinturón, subía impuestos a su base electoral. Cuando Lambán propugna recuperar a esos sectores acierta, pero para lograrlo debería preguntarse antes por qué Madrid es la comunidad que más crece teniendo la menor carga fiscal del país o por qué los socialistas andaluces y extremeños suprimen impuestos que su gobierno abandera. En suma, por qué Aragón es hoy la región que más esfuerzos impone a sus ciudadanos a cambio de lo mismo... o menos.