El despliegue de 11 aviones y helicópteros frena el fuego que amenazaba Ordesa

El Gobierno de Aragón investiga las causas, pero los vecinos creen que fue intencionado. Quema 80 hectáreas de matorral y una pequeña superficie no arbolada del parque nacional.

Uno de los hidroaviones del Ministerio descarga el agua que cogía del embalse de Mediano.
Uno de los hidroaviones del Ministerio descarga el agua que cogía del embalse de Mediano.
Rafael Gobantes

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se salvó del fuego. El amplio dispositivo desplegado, sobre todo de medios aéreos, evitó que el incendio declarado entre los pueblos de Nerín y Sercué (municipio de Fanlo) la noche del martes entrara en el cañón de Añisclo y por lo tanto en el espacio protegido. Hasta 11 aeronaves, entre helicópteros e hidroaviones, del Ministerio de Medio Ambiente y del Gobierno de Aragón, actuaron desde primera hora de la mañana de ayer, dada la dificultad de atajar las llamas por tierra.

En total, se quemaron 80 hectáreas de matorral (sobre todo erizón) y solo una pequeña faja no arbolada del parque nacional. A media mañana hubo que cerrar los accesos al cañón de Añisclo para dejarlos libres y a disposición de los medios de extinción. Hoy se reabrirá con normalidad.

Este es el segundo incendio en 20 días en Nerín. La cercanía en el calendario y el hecho de que ambos comenzaran de noche (a las 21.00 y a las 23.00), cuando ya no es posible actuar desde el aire, hacen sospechar a los vecinos que fue intencionado. El Gobierno de Aragón ha dicho que "todavía se está investigando", aunque sí descarta causas naturales como un rayo porque no se registraron tormentas con aparato eléctrico.

Precisamente, la caída de rayos provocó ayer varios conatos de incendio en Aragón. En la provincia de Teruel, hubo que actuar en Albarracín y Libros, rápidamente extinguidos. Lo mismo que otro en Peña Telera, en Biescas, en una zona rocosa de escasa vegetación. Al cierre de esta edición, había fuego en Ainielle, en el mismo municipio, pero las cuadrillas terrestres no lograron llegar por la falta de luz y la dificultad del acceso. Hasta hoy no se conocerá el alcance de este siniestro.

Se mantienen la vigilancia

El de Nerín quedó controlado sobre las 16.00 y por la noche no tenía ninguna parte activa. No obstante, Francho Aso, uno de los directores de la extinción, se mostraba prudente "porque hay zonas no accesibles a pie donde no hemos podido entrar". Dos agentes de protección de la naturaleza se quedaron vigilando para alertar en caso necesario. Una unidad helitransportada estaba preparada por si había que regresar al amanecer.

Durante la madrugada de ayer el fuego avanzó sin control ante la imposibilidad de intervenir por tierra. "El acceso es muy difícil y no podemos llegar con autobombas", explicó el primer responsable de la extinción, Francisco Gómez. Pero la actuación de los hidroaviones y los helicópteros a primera hora de la mañana permitió respirar con más tranquilidad. Por la tarde cayeron dos chaparrones. El primero apenas refrescó el ambiente, y el segundo, acompañado con piedra y aparato eléctrico, entorpeció la labor de los medios aéreos y terrestres, que se empezaron a retirar sobre las 18.00. El último helicóptero se fue a las 20.00.

Más de 80 personas integraron el operativo. A las tres cuadrillas terrestres desplegadas en un primer momento, se fueron incorporando efectivos hasta totalizar 11 aeronaves y ocho retenes de extinción. La cercanía del parque nacional aconsejó desplegar el máximo de recursos disponibles tanto de la Comunidad Autónoma como del Ministerio de Medio Ambiente, y por las características del terreno, el fuego había que controlarlo desde el aire.

Trabajaron dos hidroaviones con base en Zaragoza, dos aviones de carga en tierra, dos helicópteros de la BRIF de Daroca y uno ruso Kamof y un avión de coordinación, todos ellos del Ministerio, además de tres helicópteros de Aragón. Las labores de coordinación de mando, improvisadas junto a un camino, se trasladaron por la tarde al camión del puesto de mando avanzado del 112. También había una ambulancia y la UMAP (Unidad de Meteorología y Apoyo).

El fuego obligó a algunos excursionistas a cambiar de planes. Quienes querían entrar a Añisclo se lo encontraron cerrado. La Guardia Civil tampoco dejó pasar a los montañeros que se dirigían hacia el cañón por la pista de las Cutas. "Nuestro plan era subir a Monte Perdido y queríamos cruzar Añisclo, pero con el incendio nos han dicho que no podemos. No es seguro y cambiaremos de planes", señaló Jaume Alcañiz, uno de los afectados.

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