Aquellos números uno en selectividad

La selectividad se ha convertido para ellos en una anécdota más de sus vidas. Obtuvieron la mejor nota de su generación y luchan por dedicarse a lo que les apasiona.

Julia Calvo, Quercus Manuel Hernández y Teresa Usón hablan  de sus trayectorias después de ser los mejores en la selectividad.
Julia Calvo, Quercus Manuel Hernández y Teresa Usón hablan de sus trayectorias después de ser los mejores en la selectividad.
Toni Galán

Natalia Román, que obtuvo la mejor nota de selectividad en 2010 (un 9,674, cuando todavía no funcionaba el sistema de los puntos extra), cuenta desde Zúrich (Suiza), que está prendada de un país en el que puede compaginar su trabajo como gestora de proyectos de márquetin con las carreras de montaña. Quercus Manuel Hernández, el mejor en 2010 con una calificación de 13,615 en la ahora llamada Evau (Evaluación de Acceso a la Universidad), trabaja como personal docente investigador de la Universidad de Zaragoza reclutado por el científico experto en informática gráfica y realidad virtual Diego Gutiérrez para un proyecto para la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (Darpa).

Mientras ellos encarrilan su trayectoria profesional, Julia Calvo (con nota de 13,78 en 2011), acabó hace unos días Medicina y, plantándole cara al ‘brexit’, se marcha a hacer la residencia al hospital Addenbrooke, en Cambridge (Reino Unido). De momento, en Teruel se queda Teresa Usón (13,87 en 2014) haciendo prácticas durante todo julio en el juzgado de lo Contencioso-Administrativo tras terminar tercero de Derecho.

Sus brillantes notas no condicionaron demasiado sus elecciones de futuro. Se dejaron guiar por sus instintos y no se arrepienten. Quercus Manuel Hernández se decantó por Ingeniería Industrial en el CPS y su fin de máster fue en la Universidad de Copenhague (Dinamarca) con un proyecto de robótica aplicada a los niños. Su paso por la Universidad reconoce que resultó "algo escabroso". "Fue el primer año que se implantó Bolonia y éramos una especie de conejillos de indias, no sabían muy bien cómo implementar los estudios", cuenta. Fue segunda mejor nota de su promoción.

De las tierras danesas se vino con una idea muy clara: "Quiero intentar trabajar en España. Cuando he estado fuera he comprobado que aquí hay buenos investigadores y que somos súper competentes. Si hubiera más medios y financiación, la fuga de cerebros se detendría". Quercus está "muy arraigado" en la capital aragonesa y si no se ha independizado ha sido porque no ha sentido la necesidad. Tras el verano se plantea estudiar algo de física ‘on line’ y probar suerte en la empresa privada relacionada con la tecnología y sin desviarse mucho de la investigación.

"No creo que el ‘brexit’ me vaya a suponer un gran problema, ya que tendrá que existir algún tipo de convalidación. Al fin y al cabo están pidiendo médicos europeos", cuenta Julia Calvo. Ya está haciendo las maletas para irse a Cambridge. No estaba al cien por cien segura de que la Medicina fuera lo suyo, aunque la vocación le venga de familia (de su padre y de su tía). "Pero no me equivoqué de camino. Era un poco tímida y creía que me interesaba más la investigación, pero me he dado cuenta que lo que realmente me gusta es el contacto con los pacientes, es lo más gratificante", dice ahora. La carrera ha cubierto sus expectativas y su estancia en Bruselas resultó "genial". "Pude hacer muchas prácticas antes de tiempo y me quedé en verano", recuerda. ¿El secreto del éxito? "Lo que he hecho siempre, estudiar con constancia y algo de disciplina", cuenta.

A Teresa Usón todo lo que ha estudiado en los tres años de Derecho le gusta, no sabe por lo que se inclinará. "Me decidí en el último momento, no sé la razón, pero estoy encantada". "Lo más complicado –añade– fue aprender a estudiar de una forma diferente; es mucha más materia, y con un vocabulario muy específico con el que no había tenido ningún contacto antes". Su ‘hobby’ en esta vida universitaria es su estancia en el colegio mayor Pedro Cerbuna. "Mis padres, aunque no estuvieron en él, tenían claro que iba a ir al Cerbuna. La convivencia te ayuda a crecer, es muy activo y siempre hay algo que hacer".

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