Falsos celiacos y divorcios de pega para lograr una plaza escolar

Aunque cada vez se producen menos denuncias, todavía existen padres que recurren a detectives privados para investigar posibles fraudes durante el proceso de escolarización.

Falsos celiacos y divorcios de pega para lograr una plaza escolar
Falsos celiacos y divorcios de pega para lograr una plaza escolar

Por un hijo se hace de todo. Hasta divorciarse. Y no por falta de amor, sino por conseguir plaza en un colegio determinado. No es una exageración ni una broma: hay parejas que han llegado a iniciar los trámites de separación para poder alegar un domicilio distinto del niño y así obtener más puntos para entrar en la escuela deseada.

Afortunadamente, los fraudes para lograr una vacante escolar cotizan a la baja. Pero haberlos, haylos. En 2012, Educación recibió 26 denuncias de padres por este motivo y, en 2013, 38. Algunas prosperaron y, en esos dos años, se le retiró la plaza a 16 niños por falsear datos. El pasado 2016, no hubo ninguna denuncia. Pero eso no quiere decir que no hubiera una investigación detrás...

Aunque las agencias de detectives aragonesas acusan los sucesivos cambios introducidos en el proceso de escolarización, que han puesto las cosas más complicadas a los tramposos, aún reciben consultas y, en ocasiones, acaban contratadas para elaborar informes que apoyen las sospechas de aquellos que se han quedado fuera del centro elegido en primera opción. "Ha habido casos fuertes en el pasado, pero es un campo en el que ya no se trabaja apenas, porque Educación ha puesto muchos más filtros", cuenta el director de la Agencia Steps. Sin embargo, desde la Agencia Action auguran que algún caso les llegará, aunque aún sea pronto. "Hasta que no salen las plazas definitivas (en este caso, el próximo miércoles), cuando comprueban que no han entrado sus hijos donde esperaban, las familias no se empiezan a mover", comentan.

En Inveszar, comenzaron en 2005 con este tipo de investigaciones. Una clienta no consiguió plaza para su hijo en un colegio concertado de la zona 5, donde se dan la mayor parte de las quejas, y les contrató para que comprobaran si había padres que habían falseado documentación para arrebatarles la vacante. "Aquel año –relata Vicente Delgado, director de detectives de la empresa–, solo se realizó una investigación, pero desde entonces trabajamos en varios colegios".

Y ¿cómo lo hacen? En Inveszar, un letrado acompaña sus indagaciones, que se materializan en un informe que puede llegar a los tribunales, aunque habitualmente se presenta en Educación, que se encarga de cruzar los datos proporcionados y suele resolver directamente. En ese dosier se verifican, por ejemplo, detalles de la vivienda o el patrimonio de las familias en sospecha.

"La trampa más habitual –informa Rafael López Garbayo, de Independencia 24 abogados, que ha llevado muchos de estos casos– es empadronar al niño en casa de algún familiar, pero hemos visto a gente que ha llegado a iniciar los trámites de divorcio para alegar un domicilio distinto al verdadero. O personas que presentan una declaración de la renta con menos ingresos y, antes de que termine el periodo de la renta, llevan a la Agencia Tributaria los ingresos reales". En opinión de este abogado, la picaresca llega a límites insospechados, y no es plato de buen gusto para los denunciantes. "Es algo desagradable denunciar a otras familias, pero es cierto que puede resultar jugoso hacer trampas para entrar en el colegio". En el pasado, llegó a haber un auténtico ‘boom’ de fraudes relacionados con la salud del menor. La Consejería daba puntos por alergias o intolerancias, y se llegó a situaciones límite. "Había clases en las que había más niños intolerantes a determinados productos que no. Nosotros presentamos un informe en este sentido en Educación diciendo que era imposible", cuenta López Garbayo.

Esta situación ha cambiado porque ya no se conceden extras por celiaquías o alergias. Pero eso no quiere decir que las investigaciones sean pan comido. El director de Abainves reconoce que es una misión complicada, porque los datos no son públicos y ellos en ningún momento se saltan la legalidad. "El cliente, o las familias que se juntan para contratarte porque han quedado excluidas de la lista de admitidos, acude a ti con sospechas. Y nosotros trabajamos mucho por comprobarlo, porque no disponemos de datos privilegiados", explica. Según su experiencia, a pesar del descenso de los casos, seguirá habiendo fraudes durante la escolarización. "Es muy raro el año en el que no recibes, al menos, consultas. Porque este proceso provoca mucha desazón", opina. Tanta como para llegar a inventar una enfermedad del niño que le dé acceso directo a la escuela soñada.

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