"No pueden mirar para otro lado: solo pedimos libertad"

Padres, abuelos, carritos de bebé, compañeros de clase y claustros de profesores al completo llegaron de todo Aragón a la manifestación para defender la concertada.

Una niña levanta el cartel reivindicativo entre la multitud que se congregó en la protesta.
Una niña levanta el cartel reivindicativo entre la multitud que se congregó en la protesta.
Oliver Duch

"No pueden mirar para otro lado, tienen que escuchar al pueblo: solo pedimos libertad para elegir dónde queremos que estudien nuestros hijos y nietos". Es el mensaje de una de las participantes que ayer unió su voz a las miles de gargantas que clamaron en el centro de Zaragoza "libertad de enseñanza" y en defensa de la concertada. Familias, claustros de profesores y jóvenes alumnos llegados de todo Aragón en 26 autobuses fletados por los centros concertados exigieron al Gobierno del socialista Javier Lambán que "mantenga los conciertos" y "permita la libertad de enseñanza".

Entre cánticos como ‘No al cierre de la concertada’ o ‘Aquí están, estos son los conciertos de Aragón’, muchos jóvenes participaron ayer en su primera protesta, en la que gritaron por "el futuro" de los colegios en los que han crecido y aprendido. "Creemos que la educación concertada debe seguir existiendo. En esta protesta vemos lo importante que es", decía Isabel Baquedano, alumna de 2º de ESO del Cristo Rey de Zaragoza, señalado en algunas quinielas como uno de los centros que pueden perder vías. "Nuestros profesores son muy atentos y queremos que nuestros hermanos sigan aquí", añadía su compañero, Juan Valdrés.

Desde el colegio Santa Ana de Huesca y de Monzón también llegaron jóvenes y profesores en autobuses y pidiendo lo mismo. "En clase nos han explicado el problema y nos han invitado a venir. Es importante que los padres puedan elegir la educación de sus hijos", comentaba Martina Torres, de 15 años, del Santa Ana oscense. Jorge Brun, otro estudiante de 15 años, asistía con sus compañeros del San Gabriel de Zuera –otro de los señalados por los rumores iniciales– a la protesta: "Mi madre trabaja en la concertada y Podemos y el PSOE quieren quitarla con los años. No estoy de acuerdo, y además en nuestro colegio todos los años hay mucha demanda y gente que se queda fuera".

Entre manoplas y globos blancos, y con la notable ausencia de cualquier enseña sindical o partidista, la marcha discurrió en un ambiente tranquilo, festivo y familiar. Los profesores no faltaron a la cita. "Pensando de manera egoísta, defendemos nuestro trabajo. Pero va mucho más allá: es un modelo de Educación y el respeto a la legalidad", manifestó Concha, una de las profesoras llegadas de Salesianos de Huesca, que recalcó que esta "no es una lucha de pública contra concertada", sino una "constatación de que todos tenemos espacio". "No podemos ser moneda de cambio", denunció Mari Carmen C. F., docente en el Santa Ana de Monzón. "No ha habido criterio pedagógico y pedimos que se respete el derecho a elegir y la Constitución", añadió. Carmen Barco, madre y profesora de Escolapios en Alcañiz reivindicó su derecho "a educar como considere" a sus hijos y recordó que el centro "cumple las condiciones y es inclusivo".

Los padres, madres y abuelos se volcaron en una manifestación con la vista puesta en el presente y, sobre todo, el futuro. Nieves Larraga, "socialista de toda la vida", llevó a su nieta de 2 años a la protesta porque cree "en la libertad de enseñanza". "Cuando vaya al colegio, quiero que mi hija pueda elegir dónde llevarla", recalcó. Rubén Melchor, padre y profesor de la concertada, criticó la situación creada "por el clima político" y lamentó el "enfrentamiento entre pública y concertada, cuando son dos modelos complementarios y necesarios". Todos pidieron que los políticos tengan en cuenta la gran movilización, que estuvo a la altura de las manifestaciones históricas que ha vivido la Comunidad.

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