Perder a un ser querido resulta siempre un golpe en lo emocional... y en función de cómo haya dispuesto su marcha, también en lo económico. Con el objetivo de favorecer unos servicios funerarios más asequibles, la empresa 'RestGreen' se puso hace algo más de seis años manos a la obra para sacar al mercado ataúdes de cartón reciclado a un precio unitario de cien euros (más IVA).

La diferencia en el coste respecto a los productos tradicionales es notable. "Es seis veces más barato que el más barato del mercado", explica Javier Ferrándiz, responsable de la empresa, quien subraya que, además, se trata del "más ecológico porque es biodegradable al estar elaborado en cartón reciclado y celulosa, sin barnices, pinturas, tintas, herrajes ni cualquier otro elemento contaminante, permitiendo una fácil y no contaminante cremación o hidrólisis alcalina".

Los féretros tienen "una resistencia probada de hasta 150 kilos", aunque se recomiendan para un máximo de 120. En teoría, se pueden adquirir tanto a través de una empresa funeraria como contactando directamente con el fabricante.

Estos cuentan con las homologaciones pertinentes del Ministerio de Sanidad y de quince de las comunidades autónomas, incluida Aragón, donde sí cabe la posibilidad de adquirirlos y darles uso ya que el Ejecutivo sí le dio en su momento el visto bueno.

La empresa no corre la misma suerte en Castilla y León y en la Comunidad de Madrid, donde lleva casi un lustro tratando de recibir el visto bueno de las respectivas administraciones regionales: "Se da el caso de que se puede comercializar en otros países europeos, pero no en toda España, donde se fabrica".

El responsable de la compañía, Javier Ferrándiz, acudió a los tribunales para combatir el impedimento de estas dos comunidades, así como el presunto "boicot" que les estarían aplicando algunas compañías funerarias madrileñas, que no darían el servicio a los particulares que se decantasen por su modelo.

"Muchas familias nos contactan para interesarse por nuestros ataúdes, pero luego nos dicen que las aseguradoras y las empresas funerarias no dan el visto bueno. Es un sector muy particular...", asegura Ferrándiz.

En los últimos cinco años, el empresario ha presentado varias denuncias contra las administraciones que no le homologan y que permiten el "boicot" sistemático contra su sociedad. Todas, hasta la que presentó ante la Fiscalía Anticorrupción, han sido archivadas.