Beber agua de grifo en el bar, ¿un derecho?

Andalucía promueve una norma que obligue a los establecimientos a servir un vaso a todo aquel que lo solicite. En Aragón se hace de facto.

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Heraldo.es

A nadie se le caen los anillos si se encuentra en mitad de la calle, lejos de casa, y un golpe de calor o la necesidad de empujar una pastilla le llevan a entrar a un bar a pedir un vaso de agua del grifo. Se justifica ante el camarero y procede. La cosa cambia cuando se trata solo de saciar la sed. No entra dentro de lo habitual el solicitar un poco del líquido elemento para abandonar el local sin abonar cuenta alguna.

En Aragón no existe ninguna norma -tampoco a nivel nacional- que obligue a los empresarios a satisfacer una demanda de esta naturaleza. "Pero lo normal, lo que se ha hecho siempre, es poner un vaso de agua a quien lo pide. Es raro que algún camarero se niegue", explica Pedro Giménez, presidente de la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza y Provincia.

El debate sí está abierto en Andalucía, donde se avanza en la elaboración de una norma autonómica que, entre otros aspectos, obligará a los bares y restaurantes a dar acceso al agua de boca a todo aquel que lo necesite. El Ayuntamiento de Córdoba, de hecho, va un paso por delante y ha comenzado a facilitar botellas rellenables para promover el consumo directo de la red de abastecimiento.

Los hosteleros aragoneses no consideran que una legislación similar fuese a priori negativa. "Siempre que sean peticiones puntuales y no de continuo, no vemos problema alguno", apunta Giménez, quien piensa que con este gesto altruista los locales ganan más que lo que pierden.

Y si en la barra de bar es poco habitual pedir simple y llanamente un poco de agua del grifo, en las mesas es, al contrario que en otros países, menos común todavía. En los menús se suele servir agua embotellada, ya sea en plástico o vidrio.

"Es un tema que por supuesto podría abordarse, ya que puede suponer un ahorro tanto para el cliente como para el hostelero. Si sirve para abaratar el menú, ¿por qué no introducir la idea? Los que sí podrían molestarse, creo, son quienes se dedican a la distribución de agua embotellada", añade el presidente de la asociación hostelera.

Cien veces más cara

Extrapolando el asunto al calor del hogar, una familia de cuatro personas con un consumo medio de un litro y medio de agua al día gasta 20,4 euros al mes si compra la botella más barata del mercado. Por el contrario, si pudiera seguir consumiendo agua del grifo, el gasto se reduciría a unos 20 céntimos al mes. Es decir, cien veces más barata. Casi nada.

No obstante, el precio del agua embotellada puede incrementarse significativamente dependiendo de la marca que se consuma, puesto que la más cara, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), cuesta 1,32 euros el litro y medio, lo que sitúa el gasto mensual en 158,4 euros, un desembolso casi ocho veces superior al de la más barata, que se vende a 0,17 euros el litro y medio.

En la capital aragonesa, más de la mitad de los vecinos optan ya por consumir agua del grifo frente a la mineral embotellada, debido a la mejora en la calidad del suministro, desde hace unos años procedente del Pirineo. Hace tres lustros, esta tendencia alcanzaba apenas a dos de cada diez zaragozanos.

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