“De mayor quiero ser científica”

Las investigadoras aragonesas explican su trabajo e intentan despertar el interés de las escolares por la Ciencia, donde la mujer aún es minoritaria.

Científicas, médicas, divulgadoras, empresarias y jóvenes promesas de la investigación se han sumado a esta iniciativa para visibilizar el trabajo de las mujeres que abrieron camino, mostrar el día a día en los laboratorios y centros de estudio y despertar el interés de las niñas por la Ciencia. Una representación de las organizadoras se reunieron ayer en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza.
“De mayor quiero ser científica”
Raquel Labodía

No hay muchas muñecas científicas, aunque las más deseadas, Barbie y Nancy, tienen un amplio repertorio de vestidos de novia, profesora o bailarina. Tampoco se estila regalarles a las chicas mecanos, cajas de herramientas o juegos de robótica. El mundo en rosa y azul que los clichés han perpetuado durante décadas sigue marcando la ropa, los juegos y las expectativas de las nuevas generaciones.

Según un informe recién publicado en la revista ‘Nature’, las niñas se creen menos brillantes que los chicos desde que tienen seis años y se sienten más cómodas eligiendo juegos "en los que hay que trabajar muy duro" que cuando se les plantea que son "para gente muy inteligente". Seguramente, nadie les dice que son más tontas de forma literal, pero tampoco nadie las empuja a no perder su curiosidad, a descubrir qué hay dentro de un coche o a saber cómo se hace un medicamento.

Cuando crecen, las cifras hablan por si solas. Las mujeres obtienen más del 50% de los títulos universitarios, pero menos del 30% (según datos de la Universidad de Zaragoza) eligen ingenierías o grados como Física y Geografía. Este curso, solo un 10% del alumnado de Ingeniería Informática es femenino. Y eso, en los estudios que se ofertan en Zaragoza, porque en los de Teruel suponen solo un 3%.

Obviando el poco atractivo que ciertos estudios tienen para ellas, llega la segunda parte. A pesar de que se licencian más chicas que chicos, estas empiezan a desaparecer cuando se trata de iniciar y completar una carrera científica.

En la Universidad de Zaragoza, el porcentaje de investigadoras doctoras es del 43% (frente al resto de hombres), una cifra que, no obstante, ha crecido casi cuatro puntos desde el año 2003. También son menos cuando se trata de acceder a contratos postdoctorales de I+D, como los Juan de la Cierva o Ramón y Cajal.

Al cumplir años, llega la década de los 30 a los 40 años, muy vinculada a la maternidad, que termina por sentenciar las estadísticas. En la actualidad, solo el 20% de las cátedras de la Universidad de Zaragoza están en manos de mujeres. Esto sucede en las mejores universidades e incluso en lo más alto de la carrera científica: los premios Nobel. ¿Sabían que Marie Curie compartió un Nobel con su marido, pero al principio no iba a ser así? Él se negó a recibirlo en solitario, como pretendía la academia, porque era un trabajo conjunto.

Porque el talento no va de sexos, un grupo de aragonesas científicas, divulgadoras, artistas y autónomas se han sumado a la iniciativa 11 de febrero (www.11defebrero.org) para celebrar el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

Este mes, varias científicas compartirán su experiencia en colegios e institutos, como el Eliseo Godoy o el Cristo Rey; y cafeterías, como Dídola, librerías, como La Pantera Rossa, hospitales, museos, facultades y diversas instituciones pondrán en valor el potencial de las chicas.

Inocular el virus de la curiosidad y la autoestima son conceptos clave. Lograr que, en el futuro, elijan una carrera investigadora o no la dejen a medio gas es otro reto. "Visibilizar el trabajo de las pioneras y fomentar la vocación de las niñas es la base de esta iniciativa", destacó una de las portavoces en Aragón, Julia Herrero, científica del ICMA (Instituto de Ciencia de Materiales de la UZ y el CSIC). María Villarroya, profesora e investigadora de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la UZ y presidenta de la Asociación de Mujeres e investigadoras y Tecnólogas (AMIT) en Aragón, resaltó que el valor añadido de las mujeres a la Ciencia la hace "mejor". María denunció que hay "sesgos de género" que afectan a cómo se evalúa (hay estudios científicos que demuestran que se tiende a dar menos puntuación a las mujeres) y estimó que el abandono científico debe frenarse desde las edades más tempranas, motivando a las niñas a dirigirse hacia nuevos campos.

Águeda Giráldez, médica especialista en Medicina del Trabajo, resumió el ideal: "Mantener la curiosidad que tienen desde niñas y hacer que elijan lo que quieran".

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