Los complejos hoteleros del balneario de Panticosa y de Llanos del Hospital de Benasque quedaron ayer aislados por segunda vez este invierno debido al riesgo de aludes. Y aunque los responsables de ambos complejos admitieron que "lo primero es la seguridad de los trabajadores y clientes", también lamentaron el quebranto económico.

En Llanos del Hospital, se quedaron incomunicados 41 clientes y 22 trabajadores "y hoy entraban unas 60 personas más, con lo que íbamos a rondar el 80% de ocupación", señaló su gerente, Jorge Mayoral, quien se mostró resignado. "Ya estamos acostumbrados a que nos pase esto. A ver si mañana –por hoy­– hacen análisis y son positivos para que se pueda volver a abrir la carretera".

Agradeció el trabajo de la DGA para limpiar la A-139, pero aprovechó para volver a reivindicar la construcción de una visera más, que sería la tercera, para evitar este tipo de cierres. "Con las dos que tenemos ahora estamos protegidos al 80% de las avalanchas, pero con la del Rosec, en medio de las dos y que ya tiene el proyecto redactado, estaríamos al 95%", subrayó. Entiende las dificultades económicas pero al menos pide "que no nos olviden porque esto es beneficioso para todos, para el hotel, la estación de esquí, el hotel Turpí, la Renclusa, las escuelas de monitores... Podemos estar 60 personas trabajando, un importante impacto para la zona".

Además, hizo hincapié en que esta visera evitaría tener que contratar maquinaria extra cada vez que cayera un alud "con lo cual habría más seguridad para los trabajadores de Carreteras y menos gastos".

También a media mañana se evacuó el balneario de Panticosa, donde solo se quedó un retén de trabajadores para realizar labores de mantenimiento y de seguridad. "Entre los clientes que había y las entradas que estaban previstas para hoy íbamos a tener unas 60 habitaciones, es decir, más de cien personas alojadas", lamentó su director, Jesús González, quien de momento no tiene previsión de apertura "aunque nos han garantizado que intentarán hacerlo a la mayor brevedad".

El principal peligro sigue estando localizado en las actuales viseras y en la zona de La Gabarda. González cree que con otra estructura antialudes se reducirían los riesgos de cierre "porque cuando hay nevadas tan importantes es complicado soportarlas con lo que hay".