Por
  • Mariano Soriano Lacambra

Una tarea de todos

En las últimas semanas, en nuestras competiciones deportivas hemos asistido tristemente a conductas de una desorbitada carga violenta, totalmente indeseadas, despreciables y siempre vergonzantes. Vergonzantes para el que las comete, pero sobre todo para la sociedad que entiende el deporte como un bien social, cargado de impulsos positivos y que, con estos hechos, ve cómo se convierte en algo repudiable y genera rechazo.


Nos debe afligir terriblemente que un niño o un joven tenga comportamientos violentos hacia quien, con mayor o menor acierto, intenta aplicar las reglas desde la imparcialidad. Estas conductas deben ser enmendadas sin titubeo. No solo desde el aparato sancionador, sino principalmente desde la prevención. En este sentido, bajo el auspicio del Gobierno de Aragón se inició en 2016 un ciclo de jornadas y cursos dirigidos a entidades deportivas y enfocados a la prevención de comportamientos desadaptativos, a la erradicación de conductas violentas, a la promoción de los valores cívicos en la práctica deportiva desde la integración social y a la igualdad y la no discriminación. El programa, a través de la Sociedad Aragonesa de Psicología del Deporte, ha encadenado siete actuaciones destinadas a los adultos que tutelan el deporte.


Ahí radica nuestra mayor preocupación, en cómo actúan nuestros responsables, gestores, entrenadores y familias, tanto en la prevención como en la resolución de los conflictos. Hacia ellos deben ir dirigidas nuestras acciones: las de toda la sociedad.


Puesto que esto no es solo cuestión de gobierno, debe ser la sociedad en su conjunto la que actúe con decisión para atajar el problema.


La aparición de estas conductas en la edad adulta refleja una práctica deportiva desenfocada y fruto de una inadecuada comprensión de lo que debe ser un modelo deportivo. Esa es precisamente la clave. Debemos cambiar el enfoque con el que se afronta el modelo deportivo y ese es nuestro campo de trabajo. Queremos que, con la colaboración de todos, el deporte aragonés y su soporte humano mejoren sustancialmente y se conviertan realmente en un motor de formación y educación en valores cívicos. Queremos que sean fuente de bienestar personal y social y contribuyan a generar una sociedad equilibrada, justa, inclusiva y respetuosa. Para ello, desde el Gobierno de Aragón hemos iniciado un cambio paradigmático a través de un programa –dentro de los Juegos Deportivos en Edad Escolar– que pretende que el deporte juegue en valores y no se fundamente solo en un resultado. En mayo hay programada una prueba piloto con la Federación Aragonesa de Baloncesto y se ampliará a otras modalidades deportivas el próximo curso.


Nuestro proyecto busca implicar a todos los que rodean el deporte en edad escolar en el desarrollo de la competición, teniendo en cuenta su participación y sus propias valoraciones en la puntuación final. Así, el resultado no será el único factor a tener en cuenta, sino que los entrenadores, los jueces (dinamizadores), las familias y, por supuesto, los practicantes formarán parte de la valoración deportiva final. Esta irá dirigida especialmente a comprender de qué manera se aplican los valores sociales de convivencia en las pistas deportivas, porque lo que queremos es formar futuros ciudadanos y no fabricar o destrozar campeones a cualquier precio.