“Un smartphone en manos de un niño es como un Ferrari para quien no tiene carné”

Según la Asociación de Usuarios de los Medios de Aragón, el móvil inteligente es el regalo estrella en estas fechas navideñas y recuerdan que no se trata de un juguete con el que dejar solos a los pequeños.

Imagen de archivo de un niño utilizando una 'tablet'.
Imagen de archivo de un niño utilizando una 'tablet'.
Aránzazu Navarro

Cada año, durante las fechas navideñas y en estos días posteriores de mostrar y disfrutar de los regalos, se reabre e intensifica el debate sobre la cantidad y el tipo de presentes que deben recibir los niños. En esos momentos en los que padres y familiares quieren obsequiar y agradar a sus pequeños, muchos piensan en las nuevas tecnologías y en dispositivos como ‘smartphones’, ‘tablets’, ordenadores y similares.


Entre ellos, el móvil inteligente sigue siendo el regalo estrella también en Navidad. Así lo indican desde la Asociación de Usuarios de los Medios de Aragón, donde enfatizan en las consecuencias de la utilización temprana de este tipo de productos. “Nos ha costado mucho trabajo asimilar, como a los usuarios, esta vorágine radical sucedida en los últimos 15 años, pero la sociedad no es plenamente consciente de la magnitud que tiene la influencia de estas tecnologías en las relaciones humanas”, señala José Boza, presidente de la agrupación. Aunque existe preocupación, el acceso es cada vez mayor entre los menores y “como la tecnología es tan extraordinariamente útil y atractiva, resulta complicado visibilizar los daños que puede causar”.


Por eso, a la hora de comprar, recomiendan tener en cuenta la edad del destinatario del dispositivo, sus necesidades, las posibilidades de estos aparatos y sus indicaciones, así como aplicar el sentido común: “Cuanto más móvil es la tecnología, más va a acompañar a los chavales en su desarrollo”, apuntan en el caso de las ‘tablets’ y los smartphones; mientras que sobre otras opciones también muy valoradas como los videojuegos, consideran fundamental estudiar con detalle su contenido.


Desde ASUME Aragón recuerdan que los teléfonos inteligentes no deben ser concebidos como un juguete, sino como una tecnología que abre las puertas a un mundo hasta entonces desconocido para el niño. El acompañamiento de los padres y el no dejarles solos con el dispositivo es “imprescindible para que el obsequio sea realmente útil y educativo”.


Tras desenvolver el regalo y abrir el paquete del móvil, la ‘tablet’ o el ordenador portátil, “hay que explicarles cómo funciona y cuáles son sus posibilidades”, indica el también docente José Boza. Igualmente, es importante “dialogar con ellos sobre lo que se van a poder encontrar y cómo deben actuar”, así como enseñarles a diferenciar entre la vida real y la virtual, y marcar unos tiempos y lugares en los que se puede o no utilizar el dispositivo, como por ejemplo las comidas, el colegio o los momentos de estudio. “No hay que pasar por alto los sistemas de comunicación como Whatsapp y sus grupos, las redes sociales y el ciberacoso”, agrega el presidente de la asociación, quien incide en la existencia y la utilidad de diferentes herramientas de control parental.


Según los datos publicados el pasado mes de octubre por el INE en la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares, siete de cada diez niños aragoneses entre los 10 y los 15 años tienen móvil. “Las cifras reflejan lo que vemos a nuestro alrededor, y es que normalmente los chavales ya acceden a los móviles desde que cursan sexto de primaria e incluso antes”, opina Boza. Aunque en la Asociación de Usuarios de los Medios de la Comunidad aconsejan que la edad ideal para comprar el primer teléfono son los 14 años, apuntan que esta recomendación también depende de las personas y las situaciones concretas.


Y en cuanto a las pantallas, “lo ideal sería que no se utilizasen hasta los dos años. De los tres a los cinco, que el acceso sea muy medido en forma de películas, dibujos…, pues la influencia de la pantalla en los hábitos de los pequeños es entonces enorme. A partir de los cinco años, hay que establecer un plan de uso y no improvisar”, manifiesta el directivo del ente.

Consecuencias del acceso temprano

“Un smartphone en manos de un niño es como un Ferrari en manos de alguien que no tiene carné de conducir”. Con esta comparativa, en la asociación aragonesa se refieren a las consecuencias que puede tener el acceso temprano a los nuevos aparatos tecnológicos. Enumeran afecciones en el desarrollo personal y afectivo-sexual de los niños, en el concepto de la amistad y en las habilidades de relación física, así como aluden a conductas de riesgo, consumo de tiempo, contacto no deseado y contenidos inapropiados. “Si a los adultos ya nos cuesta manejarlos y nos crean problemas, adicciones y complicaciones en las relaciones sociales, a los niños todavía más”, apunta Boza.


En su opinión, los poderes públicos tendrían que orientar a través de campañas institucionales en las que se “aclarase a los usuarios qué riesgos supone exactamente todo esto, ya que debe transmitirse a la sociedad el mensaje de que no importa que los hijos no tengan móvil y no sean como los demás, sino que debe preponderar su formación y su felicidad”.


Sobre el abuso de las nuevas tecnologías y de los sistemas de comunicación virtual, desde la asociación explican que en el momento en el que la tecnología limita, dificulta o anula el encuentro personal, “algo va mal”. Si bien, no hay que olvidar que los anteriores dispositivos son, del mismo modo, “herramientas fantásticas con unas posibilidades educativas enormes: permiten el contacto permanente de los niños con sus iguales y su autoafirmación, potencian la libertad para construir su identidad, las posibilidades de expresión y de creación a través de diferentes plataformas, el acceso a la información…”, concluye el experto en medios.

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