"Me detuvieron por andar por la calle y ahora me piden cuatro años de cárcel"

"Me cogieron a mí como podía haber sido a cualquiera". La aragonesa Raquel Tenías será juzgada el 25 de noviembre en Madrid por los disturbios tras una manifestación en 2014.

Raquel Tenías, poco antes de ser detenida el 22 de marzo de 2014 en Madrid.
Raquel Tenías, poco antes de ser detenida el 22 de marzo de 2014 en Madrid.

Raquel Tenías lleva dos años viviendo con un nudo en el estómago, esperando abrir los ojos y que se acabe una pesadilla que comenzó para ella el 22 de marzo de 2014. Aquel día, Raquel acudió con un grupo de amigos de Zaragoza a participar en las Marchas de la Dignidad en Madrid. Al acabar la manifestación, cuando iban caminando a coger el autobús de vuelta, fue detenida. Estuvo incomunicada 72 horas en una comisaría. La Fiscalía le acusa de tres delitos de desórdenes públicos, atentado y daños a un agente, y le piden cuatro años de cárcel. El juicio es el próximo 25 de noviembre en Madrid.


"Yo no hice nada, solo iba caminando por la calle con más gente. Y ahora me enfrento a una pena de cuatro años. La acusación es increíble y muy preocupante. Tengo ganas de que pase ya el juicio, pero también tengo miedo. Es una situación angustiosa. Me preocupo por mí, por mi hijo. Me cogieron a mí, pero podía haber sido a cualquiera, y eso genera una situación de indefensión absoluta", afirma.


Raquel tiene 42 años y un hijo de 14. "Siempre he participado en muchas manifestaciones, muchas con mi hijo. Es parte de mi vida. Y nunca había tenido ningún problema. Aún no entiendo lo que pasó aquel día", señala. Raquel es de Luna y vive en Zaragoza desde hace más de 20 años. Es militante de Izquierda Unida desde el año 2000 y ha sido muy activa en el movimiento vecinal. Ha trabajado de administrativa en una empresa y después como socia de un restaurante (en 2014). Ahora trabaja en Zaragoza en Común.La "película" de aquel día


Raquel recuerda los sucesos de aquel 22 de marzo de 2014, como volverá a hacerlo en el juicio del próximo día 25. "Habíamos participado en las Marchas de la Dignidad pacíficamente como miles de personas. Cuando ya había terminado todo, íbamos caminando por la puerta de Alcalá hacia la plaza de las Ventas, donde estaban aparcados los ocho autobuses que habían venido de Zaragoza. De repente escuchamos ruidos y gritos, y la gente empezó a correr. Era una carga policial. Me caí, me vi rodeada de antidisturbios, me esposaron y me llevaron detenida a la comisaría". Después supo que le acusaban de apedrear la embajada de Francia, de tirar vallas y agredir a un agente.


En la comisaría de Moratalaz estuvo casi 72 horas incomunicada, desde el sábado por la tarde hasta el lunes a las 17.00, cuando le llevaron a los juzgados de plaza de Castilla. "Estábamos unas veinte personas, mirando a la pared, sin hablar. Nos iban llamando a tomar declaración. A las cinco de la mañana me bajaron al calabozo. Pasé horas a oscuras, pensando cómo había podido llegar hasta allí. Me parecía una película de terror. Hasta el domingo a mediodía no pude ver a un abogado", cuenta.


"Estos dos años y medio he tratado de seguir con mi vida normal, con mi familia y mi trabajo, mi compromiso social y político, mis escapadas a la montaña. Pero la preocupación estaba ahí. Ahora llega el momento del juicio e impresiona mucho", reflexiona. Uno de los testigos de Raquel en el juicio es Pablo Muñoz, concejal de Zaragoza en Común en el Ayuntamiento de Zaragoza, que también participó en la Marcha de la Dignidad aquel día."Desbordada y agradecida"


Raquel vive ahora los días previos al juicio con nervios y "desbordada" por las muestras de solidaridad que está recibiendo. "Estoy muy agradecida a tanta gente que me está apoyando, partidos, colectivos, muchas personas a título particular que me llaman o escriben estos días, amigos y personas que no conocía. Estoy abrumada. A veces me faltan las palabras", asegura.


Sus amigos han organizado una campaña para denunciar su caso y pedir su absolución. Han recogido más de 20.000 firmas en change.org. "Pedimos la absolución de Raquel porque no hizo nada, porque ha sido víctima de una detención al azar para buscar culpables y criminalizar la protesta ciudadana", aseguran en un manifiesto que ha recibido mucha adhesiones. Entre los colectivos que han mostrado su apoyo a Raquel figuran IU, Podemos, CHA, FAPAR, CC.OO, miembros del PSOE, la DPZ, CGT, FABZ y varias juntas de distrito de Zaragoza.

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