Hace pocos días, las Urgencias del hospital Miguel Servet volvieron a ser noticia por las elevadísimas demoras, de hasta siete días, que varios pacientes psiquiátricos tuvieron que soportar en este servicio por la falta de camas libres en planta adecuadas para su situación.

Este problema no es nuevo y el otoño ha traído consigo un repunte de casos. Y aunque el hospital tiene pendiente una reforma de calado para habilitar más plazas psiquiátricas, esta no arrancará hasta primavera. Por eso, y antes de la llegada de los peores meses del invierno (que siempre hacen mella en Urgencias), el centro sanitario ha decidido poner un nuevo parche para contener el problema.

En concreto, se va a habilitar una sala de observación para recibir a este tipo de pacientes (cuando los haya) y, además, se va a contratar a personal exclusivamente para atenderlos. En total, el servicio cuenta con tres salas y cada una de ellas tiene capacidad para una veintena de camas. Es allí donde los enfermos permanecen mientras se les diagnostica y hasta que son derivados a las plantas superiores.

El atasco de cada invierno

En cuanto empieza el frío, la situación de las personas mayores y de los pacientes crónicos tiende a empeorar. La gripe y otros virus, así como las neumonías, hacen su aparición, y es difícil sortear la saturación del servicio de Urgencias. Así que, día tras día, esta unidad se va atascando; sobre todo cuando no es posible tampoco derivarlos a otro hospital.

Para que los pacientes –no solo psiquiátricos, sino con cualquier problema– no se queden bloqueados en esta zona, debe haber camas libres en planta en las que poderlos ingresar. Pero a la mayor demanda de plazas se suma que, en invierno, la actividad quirúrgica programada, necesaria para aliviar las listas de espera, es mucho más abundante; y todo el mundo necesita cama. Según los últimos datos disponibles (del mes de septiembre), hay 25.202 aragoneses que aguardan una operación. De ellos, 2.642 lo hacen desde hace más de seis meses.

Jornada tranquila

La jornada de ayer fue relativamente tranquila en Urgencias, aunque el domingo por la mañana, la sala de altas (donde esperan a marcharse los pacientes que se van a casa) tuvo que recibir a algunas personas pendientes de ingreso.

Como la actividad va a ir in crescendo, también se ha informado a los trabajadores de que la planta octava del Infantil, que antes estaba destinada a pacientes oncológicos y ahora ha quedado vacía, servirá para recibir a pacientes cuando haya un exceso de demanda y falten camas.

Los cambios de organización responden a los trabajos que se están llevando entre los dos edificios principales del hospital, el de Traumatología y la Residencia General.