Un 60% de los estudiantes de Magisterio se forman para impartir Religión

Un convenio entre la Universidad de Zaragoza y el Arzobispado facilita desde 2012 la obtención del título eclesiástico DECA.

Imagen de archivo de la Facultad de Educación.
Imagen de archivo de la Facultad de Educación.

Para ser docente de Religión hay que cumplir una serie de requisitos formativos, y uno de ellos es la posesión del título DECA (Declaración Eclesiástica de Competencia Académica), exigido por la Conferencia Episcopal Española. En el año 2012, la Universidad de Zaragoza y el Arzobispado firmaron un convenio con el fin de ofrecer a los estudiantes de Educación Infantil y Primaria la formación pertinente para obtener esa declaración.


“Con la implantación del Plan Bolonia, solo una materia se mantuvo dentro de la oferta de asignaturas optativas de cuarto curso en los grados en Magisterio de Educación Infantil y Primaria -Pedagogía y didáctica de la religión católica-, y tres asignaturas quedaron fuera del plan de estudios. A raíz de ese cambio, comenzaron las gestiones para poder impartirlas en el ámbito universitario a través de un convenio”, recuerda Felipe Soret, profesor y coordinador de la actividad DECA en la Universidad de Zaragoza, quien apunta que este acuerdo, “como cualquier otro, se corresponde con la filosofía de la institución de favorecer la apertura de vías de acceso complementarias al mercado de trabajo”.


Esta actividad, que comprende cuatro materias que suman 24 créditos ECTS –con un precio equiparado al de la Facultad de Educación-, está dirigida a futuros profesores interesados en poseer el título que les habilitaría para impartir la asignatura de Religión. Para obtener la DECA, es “indispensable” tener el título de Maestro de Educación Infantil o Primaria o el de grado equivalente, además de haber sido bautizado. Soret explica que no es necesario contar con ningún tipo de formación específica en el ámbito religioso para realizar estos módulos, pues “no solo vienen futuros maestros, sino también estudiantes de otras carreras que, aunque no pueden optar al título, lo consideran interesante y buscan añadir más formación a su currículo”.


Según datos de la coordinación del módulo, el 60% de los estudiantes de Magisterio –tanto de Infantil como Primaria- de la UZ lo cursan con el objetivo de obtener dicha titulación eclesiástica de competencia académica; un porcentaje similar al de los alumnos que se inclinan por estudiar la optativa de pedagogía religiosa en cuarto de carrera. “En torno a 220 universitarios de media se matriculan por curso en la formación. Se puede empezar a realizar en cualquiera de los años, aunque lo ideal es cursar una asignatura en primero, otra en segundo, una más en tercero; y la optativa, en cuarto”, apunta Soret.


Actualmente, son 248 las personas inscritas en la materia Religión, cultura y valores, que se está impartiendo, dividida en cinco grupos presenciales, durante el primer cuatrimestre en el Colegio Cardenal Xavierre, situado en la Plaza San Francisco. Se organizan en dos sesiones semanales de dos horas cada una y diseñadas, señalan, respetando los ritmos y el calendario académico de la universidad.


Hace cuatro años, cuando arrancó esta nueva oferta formativa, el volumen de alumnos que se decidió a cursarla era superior al actual, alcanzando hasta el 70% de las promociones en algunos cuatrimestres. Si bien, para el coordinador de la actividad DECA, los números siguen siendo muy positivos: “No esperaba que se animaran tantos estudiantes. Hay que tener en cuenta que se trata de una formación extra que supone un esfuerzo tanto económico como de tiempo de estudio”.


Abrirse puertas laborales en los colegios concertados es una de las principales razones que motiva a los universitarios a hacerse con el título. Este “además de dar la posibilidad de enseñar Religión tanto en centros públicos como concertados, en algunos de los últimos se tiene en cuenta como muestra de si el candidato posee o no este tipo de formación aunque no vaya a trabajar como profesor de la materia, pues pueden buscar un perfil que encaje más con su ideario y sus prácticas escolares”.

Doce alumnos en el primer curso para Secundaria y Bachillerato

En Zaragoza, la DECA completa también se imparte en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas Nuestra Señora del Pilar, en el Centro de Estudios Teológicos de Aragón. La modalidad de Infantil y Primaria forma parte de la oferta formativa de este espacio desde el curso 2010-2011. Entonces, el número de personas matriculadas era de 90 y ahora la media se sitúa en torno a las 20 por ejercicio.


Se implantó “porque a raíz del cambio de diplomatura a grado en la Universidad, muchos estudiantes se quedaban ‘colgados’. Ahora, la mayoría lo realiza allí, por lo que es normal que el número vaya decreciendo”, detalla Luis María Torra, director del instituto. Mientras, la DECA en Educación Secundaria y Bachillerato –configurada en base a un programa formativo más exigente- acaba de implantarse este año y cuenta con doce alumnos.


La mayoría de quienes acuden a este instituto son profesores en activo que quieren “ampliar sus posibilidades en las diferentes áreas de enseñanza de los centros públicos y privados, buscando poder impartir más asignaturas y sumar horas de clase”, asegura Torra, quien opina que “a raíz de las políticas cada vez más laicistas, muchos de los que se forman en esta materia lo hacen siendo conscientes de que el futuro de las clases de Religión es incierto”.

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