Tras una lesión del sistema nervioso central, como es el caso de un ictus, el trabajo más intenso y costoso viene después. Intentar que un paciente recupere su vida no es fácil y requiere de una labor combinada de muchos especialistas. El Hospital Miguel Servet de Zaragoza ha estrenado una sala de terapia para estos pacientes ingresados, situada en la antigua planta de Lesionados Medulares –ahora de Rehabilitación Neurológica–.

La necesidad de crear este espacio surge de la importancia de poner en marcha un área en la propia planta de hospitalización sin tener que desplazar a todos estos enfermos, la mayoría en camillas o en sillas de ruedas, al gimnasio del hospital. Además de los lesionados medulares –ahora menos al reducirse los accidentes de tráfico–, los pacientes que acuden a esta unidad son aquellos que sufren daños cerebrales o ictus.

La sala cuenta con personal propio para atender a los enfermos y está dotada de aparataje para llevar a cabo ejercicios, como paralelas con espejo para ejercicios de marcha, parapodium (para ayudar a mantenerse en pie), camillas Bobath (específica para tratamientos neurológicos) e hidráulica, además de diversos artículos para actividades manipulativas, ejercicios de lastre... "Lo que intentamos es que el paciente se desplace lo menos posible y trabajar en un espacio común todo el equipo que colabora en su recuperación", explicó el jefe de sección de Rehabilitación, Carlos Aragüés.

De este espacio podrán beneficiarse unos 200 pacientes ingresados (entre lesionados medulares y con enfermedades neurológicas). En ella, se intenta la recuperación física del enfermo y, en los casos más graves, la readaptación completa a su nueva vida. "Se trabaja con su equilibrio, su reeducación vesical, se le ofrecen recursos para poder vestirse o lavarse...", comenta el jefe de sección de Rehabilitación Neurológica, Ricardo Jariod, y la médico adjunto de la Unidad, Elena Martitegui.

El trabajo puede prolongarse durante varias semanas o incluso meses y, en muchos casos, la mejoría es "notable". "No caminaba y me operaron el codo. He conseguido poco a poco recuperarme", explica Raquel Jiménez, una de las pacientes que lleva acudiendo a la unidad desde su apertura y destaca sobre todo el trato familiar y amable de todos los profesionales. El nuevo espacio permite ofrecer sesiones de mañana y tarde y liberar sitio para pacientes ambulatorios en el gimnasio del hospital, que solo en la primera mitad de año ha ofrecido 9.000 tratamientos de fisioterapia.

La sala de terapias se ha habilitado en lo que era el cuarto de estar de la planta, y este ha pasado a otra zona. Este cambio forma parte de un proyecto más amplio. A medio plazo se quiere poner en marcha un hospital de semana, donde poder hacer tratamientos más intensivos.