Catarros y gastroenteritis llenan los centros de salud tras la vuelta a las aulas

Comienza la epidemia de rinovirus, que son los causantes de los procesos catarrales con mucha congestión nasal.

La notable bajada de temperaturas de los últimos días unida al comienzo de las clases de pequeños y mayores han disparado las atenciones sanitarias en las últimas semanas. Aunque de momento no hay demoras significativas, las citas en los centros de salud se han multiplicado por casos de laringitis, gastroenteritis y procesos catarrales.


Aunque no es alarmante, la inminente llegada del otoño trae consigo todos los años la epidemia de rinovirus que son los causantes de los catarros con mucha congestión nasal, comunes tanto en adultos como en niños. No obstante, son estos últimos los que los sufren con más incidencia al contagiarse en aulas de colegios o guarderías. El problema de estos virus es que pueden desencadenar bronquitis y bronquiolitis, que en muchas ocasiones precisan de hospitalización.


Por ello, los pediatras aconsejan mantener la calma, vigilar la evolución del niño y seguir unas pautas para evitar un empeoramiento del estado del pequeño. Se recomienda practicar, sobre todo en los de menor edad, lavados nasales con suero para facilitar la salida de la mucosidad, hidratar bien a los niños y darles paracetamol para bajar la fiebre. Los expertos desaconsejan el uso de antibióticos para tratar estos procesos y recuerdan que un lavado frecuente de manos puede ser muy útil para evitar el contagio entre los miembros de una misma familia (es muy frecuente que de los niños se pase a los padres).


La presidenta de la Asociación Aragonesa de Pediatría de Atención Primaria, Teresa Cenarro, reconoció ayer que en los últimos días a los centros de salud también están llegando casos de laringitis (inflamación de la laringe y las cuerdas vocales), cuyo tratamiento normalmente pasa por algunos cuidados caseros como hacer gárgaras o descansar la voz.


La gastroenteritis también es otra de las afecciones típicas del otoño, que puede ir acompañada de vómitos o diarreas. Según ha podido saber este periódico, escolares de varios centros de la margen izquierda de la capital aragonesa faltaron ayer a clase aquejados de síntomas de esta patología. El boletín epidemiológico informa de que los médicos de Atención Primaria han comunicado a la dirección de Salud Pública más de mil casos esta última semana.


Normalmente, este virus estomacal no necesita tratamiento y remite a los tres o cuatro días. Eso sí, se recomienda una hidratación adecuada. En caso de diarreas sin vómitos, se puede ofrecer al niño, sin forzarle, alimentos (sin grasas ni azúcares) y líquidos (preferiblemente suero). Si hay diarreas y vómitos, se aconseja hacer reposo digestivo durante tres o cuatro horas y dar suero en pequeñas cantidades, a sorbos.


Por otra parte, los pediatras han vuelto a mostrar su preocupación por el aumento de casos de tosferina. En el último boletín epidemiológico, se informa de que son ya 84 casos diagnosticados, cuando lo previsto a estas alturas del año era que hubiera 25. No está comprobado científicamente, pero los expertos creen que puede deberse al cambio de vacuna que se acordó hace ya algún tiempo. La nueva dosis produce menos efectos secundarios, pero sin embargo su efectividad es más baja. Protege durante menos tiempo y, por ello, se registran más casos.

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