El alcalde de Alfamén dice que el vallado se revisa cada año

El pasado lunes una niña de 7 años fue embestida por un novillo que logró romper la barrera de seguridad.

El novillo salió del recinto habilitado tras romper un cerrojo.
El novillo salió del recinto habilitado tras romper un cerrojo.

El alcalde de Alfamén (Zaragoza), Alejandro Gil, ha asegurado este miércoles, tras el incidente ocurrido en el encierro taurino del lunes en el pueblo -donde una niña de 7 años resultó herida- que el vallado que delimita el recorrido de las reses cumple todas las normativas y que se revisa y actualiza cada año.


El alcalde ha explicado que la niña evoluciona favorablemente y que permanece en observación, según el propio padre de la pequeña le ha relatado.


Y ha explicado que este miércoles también se ha reunido con responsables y técnicos de la Dirección General de Justicia e Interior del Gobierno de Aragón para analizar el expediente administrativo que es preceptivo presentar para celebrar cualquier tipo de festejo taurino en Aragón.


En el Ayuntamiento, ha asegurado, están "muy tranquilos" porque se ha comprobado que el expediente está "impoluto" y que incluye el certificado del arquitecto municipal que concluye que la instalación preparada para llevar a cabo el festejo cumplía toda la normativa.


Para Alejandro Gil, lo sucedido el lunes es un "accidente fortuito", aunque también ha insistido en que todos los años el consistorio procura mejorar las condiciones del mismo, revisando y actualizando el vallado.

Ha reconocido, no obstante, que en festejos de este tipo pueden producirse hechos que en principio parezcan improbables, como el sucedido el año pasado cuando una vaca saltó una valla de la plaza de toros portátil que medía 1,80 metros, en esa ocasión sin provocar daños.


"Toda la vida ha habido incidentes", ha precisado, pero nunca de esta gravedad en Alfamén, donde sí que se escapa alguna vaca que trata de huir, pero sin más consecuencias. Gil ha concluido que el pueblo intenta continuar las fiestas patronales con normalidad después del incidente y que su obligación es intentar "calmar los ánimos".


El suceso del lunes se produjo cuando el un novillo eral -de entre uno y dos años- embistió contra una de las vallas que delimita el recorrido en el encierro, rompió el cerrojo, la cadena de seguridad y el candado, logró acceder a la calle y cogió a la menor. 

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