Aragón afronta este verano el reto de superar el récord de turistas de 2008

Las expectativas son buenas y el crecimiento no ha parado desde 2013, pero la Expo marcó un hito difícil de igualar.

Unos turistas se fotografían en la plaza del Pilar.
Unos turistas se fotografían en la plaza del Pilar.
Oliver Duch

Es pronto para saber si la expectativa es excesiva, pero lo cierto es que el sector turístico aragonés espera, en general, que este verano continúe la tendencia al alza del número de visitantes y pueda acercarse al hito de 2008, cuando la celebración de la Expo de Zaragoza hizo superar el millón de turistas registrados en los meses de verano en nuestra Comunidad, según datos del INE.


El director gerente de Turismo de Aragón, Jorge Marqueta, asegura que estamos en un momento optimista porque, a la vista de los datos del primer cuatrimestre, las expectativas son muy buenas. Por su parte, el consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, José Luis Soro, recordó que los datos del conjunto de 2015 ya "fueron muy buenos, se superaron los tres millones de turistas, y con un crecimiento superior a la media estatal", por lo que –agregó– "estamos confiados en que el verano de 2016 será muy bueno".


"Tenemos una oferta que está muy madura, como el Pirineo, que se vende solo, sea verano o sea invierno. Luego tenemos otros destinos emergentes y turismos muy específicos como el ornitológico o el Maestrazgo, que está despuntando", detalla Marqueta.


Un vistazo a los datos de agosto, el mes estival que más visitantes suele atraer, muestra una tendencia sostenida al alza en el conjunto de Aragón desde los 260.560 turistas de 2013 hasta los 295.644 de 2015. No obstante, la cifra queda aún bastante por debajo de los 317.204 de 2008, el año en que la Expo marcó un pico en Zaragoza de 164.52 visitantes que impulsó al alza el balance global de Aragón.

Huesca, la más pujante

De las tres provincias, si se considera el conjunto de meses de verano (junio a septiembre), la que mejor trayectoria ha tenido en los últimos años ha sido Huesca, con un alza progresiva. Huesca ya batió un récord de visitantes el verano pasado (solo en el mes de agosto, tuvo 119.600) y, a tenor de las previsiones de los hosteleros, siempre que el tiempo acompañe, se volverá a superar la barrera.


Los alojamientos del Alto Aragón registraron en julio y agosto de 2015 un aumento de viajeros de un 8% y un 10%, respectivamente, superando incluso los datos del año de la Expo. Pero además esta tendencia se ha mantenido en la temporada invernal. De diciembre a febrero, la Encuesta de Ocupación Hotelera reflejó una variación interanual por encima del 10%, que en marzo, con la Semana Santa, se disparó al 21%.


"Apunta bien, va a ser un verano bueno, siempre y cuando acompañe la meteorología", señala el presidente de la Asociación de Hostelería y Turismo de Huesca, Roberto Pac, quien prevé un aumento del 6% o el 7%, a tenor de las reservas de alojamiento realizadas. De hecho, en los valles del Pirineo se empieza a notar en junio. En el de Benasque, de momento, hay hoteles que no abrían hasta julio y que van a adelantar la temporada estival. "El principio del verano pinta bien", afirma José María Ciria, presidente de los empresarios turísticos del valle. Un calendario plagado de actividades este mes ha propiciado una alta ocupación los fines de semana, con hoteles casi llenos.


Pero lo importante, advierten, es que fuera de la temporada estival, y entre semana, se está notando cada vez más afluencia.


Jesús Boillos, gerente de Horeca Zaragoza, corrobora que "hasta el momento, en el año hay una evolución favorable con respecto a 2015". Precisa que en esta provincia "hay mejora importante de los índices de ocupación hotelera", en particular por la celebración de "ferias importantes en la capital y congresos que estaban concertados de años anteriores". En los cuatro primeros meses del año, la ocupación ha sido "de un 41,78% en el conjunto de la provincia y de un 53,66% en Zaragoza ciudad".


Boillos aclara que en julio y agosto "la tónica habitual es que descienda, porque el núcleo importante de clientes es el de empresas, congresos y eventos" –actividad que decae en verano de forma sustancial– y "aunque somos un destino aceptado por el turismo familiar, su afluencia no se incrementa lo suficiente como para compensar esa reducción".


No obstante, prevén mejoría. "El año pasado, en verano la ocupación estuvo en torno al 42%, es probable que este año pueda subir entre un 1 y un 2%, aunque es un poco pronto para saberlo porque, sobre todo julio y agosto, el tipo de turista que viene es más familiar y toma decisiones sobre el destino elegido a más corto plazo, hay más reservas de última hora", explica. Tienen asumido que se seguirá "lejos de 2008" y que "volver a repetir esos datos es complicado".


También las tarifas han ido a la baja. Boillos augura que "puede haber reducción de precios porque el cliente típico que nos visita tiene una capacidad de gasto inferior a la del resto del año, y las estrategias comerciales implican que puede haber bajada".


Boillos comenta que fuera de la capital "hay destinos donde la evolución es más favorable, como las Cinco Villas o la Comarca de Calatayud, por el incremento de actividad en establecimientos termales y el Monasterio de Piedra".


Jesús Marco, de la Asociación de Turismo Rural de Aragón (Faratur), confirma que en este sector "la perspectiva es muy buena, tenemos ya reservas bastante numerosas para la segunda mitad de julio y agosto". "Hay una nota determinante: que se están haciendo reservas con mucho tiempo, el turista no se duerme", comenta, y dice que "lo primero que busca la gente es la montaña: el Pirineo, las zonas de Gúdar-Javalambre, Albarracín, el Maestrazgo y el Matarraña, y el Moncayo". Comenta que está habiendo un crecimiento del turismo extranjero. "En 2015 creció un 7% y las expectativas son que este verano suba algo más".

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