La UME y los grupos de rescate continúan la búsqueda, que se complica por la ventisca

El operativo desplegado en el valle del Ara se mantiene hoy en las mismas condiciones. Los voluntarios deciden cómo van a reorganizarse.

Un grupo de voluntarios, guiados por un forestal, inicia la búsqueda por las orillas del río.
Un grupo de voluntarios, guiados por un forestal, inicia la búsqueda por las orillas del río.
Rafael Gobantes

La nieve se sumó ayer a las labores de búsqueda de José María García Fernández, desaparecido desde el 23 de abril en los valles cercanos al refugio de Bujaruelo, en Torla. El dispositivo se activó ayer con normalidad, aunque en el ánimo de los profesionales de los grupos de rescate y de los voluntarios pesaba la muerte del soldado de la Unidad Militar de Emergencias (UME), ocurrida el sábado durante las tareas de rastreo. Víctor Martín Rebollo, de 32 años y de Zaragoza, falleció anteayer al caer por el barranco de Ordiso. El operativo se pondrá hoy de nuevo en marcha en las mismas condiciones, según informó la Guardia Civil.


La jornada de ayer se cerró sin novedades, sin indicios del paradero del joven. El frío (3 grados) y el fuerte viento que desde primera hora de la mañana envolvieron la zona contribuyeron a empañar el triste domingo. En el campamento de la UME, junto al refugio, reinaba el silencio. El capitán del IV Batallón de Intervención en Emergencias (BIEM) estaba en el autobús, sacando adelante trabajo con la confianza de que eso le ayudara a no pensar en el compañero. No quería hablar, ni podía. En los montes de los alrededores, 30 militares, divididos en tres grupos, volvían a recorrer las sendas por las que se cree que pudiese haber ido el montañero. Otros estaban descansando en Broto y algunos habían ido al funeral que se celebró en la base militar en Zaragoza.


El subteniente de la Guardia Civil José Antonio Millán, al mando del operativo de búsqueda, explicó que además de los componentes de la UME, ayer se contaba con 30 voluntarios y cinco guardias divididos por todo el valle de Bujaruelo y por el de Otal. "Están recorriendo sendas menos transitadas, intentando localizar al desaparecido", dijo. Según comentó, la zona es muy amplia "y buscar a una persona que no se sabe dónde puede ubicarse y qué dirección tomó es complicado, como buscar una aguja en un pajar". El especialista en montaña reconoció que la gente "está un poco afectada por la desgracia que sucedió ayer (el sábado), pero son profesionales y siguen trabajando".Sectores más complejos

El jefe del Servicio de Seguridad y Protección Civil del Gobierno de Aragón, Miguel Ángel Clavero, explicó que se estaba buscando en determinados sectores, "repasando zonas que por su complejidad no han permitido batirlas tan a fondo como otras". En la zona baja del valle también se miraban las sendas y los grupos subacuáticos de la Guardia Civil (GEAS) continuaban "repasando el río". Destacó que "los profesionales "siguen volcados y animados para encontrar a la persona desaparecida, no podemos hacer otra cosa que seguir buscando", añadió. Señaló además que la gente, a pesar del suceso del sábado "sigue con el ánimo arriba" y calificó de "ejemplar" la actitud de la UME, "con todos sus efectivos buscando".


Ayer, eran 80 las personas que formaban parte del dispositivo activado para localizar a José María García, de 36 años y a quien se vio por última vez a las 12.30 del mismo día 23 en el cruce de los valles de Ordiso y Otal. A los grupos de profesionales se suman los voluntarios, llegados desde distintos puntos de Aragón y de otras comunidades.


Entre las numerosas personas implicadas en la búsqueda estaba José Magro, coordinador medioambiental de forestales del Sobrarbe. "Varios agentes estamos aquí colaborando desde el martes, para hacernos cargo de los voluntarios y lo que nos manden". En su opinión, lo más complicado de esta situación es que el sitio "es muy amplio y no está claro donde puede estar". A punto de salir con un grupo para recorrer las orillas del Ara, comentó que la muerte del soldado de la UME fue "un golpe duro".Dos auxilios en Huesca

Por otra parte, especialistas en montaña de la Guardia Civil auxiliaron ayer a dos senderistas accidentadas en el Ibón de Piedrafita (Biescas) y en Alquézar. El primero de los rescates se realizó a las 11.15. Una mujer sufrió una luxación en el hombro al intentar cruzar un riachuelo que discurre paralelo al sendero (un PR) que lleva al ibón. Dos guardias del Ereim de Panticosa la trasladaron en coche al aparcamiento del parque Lacuniacha y desde allí, una ambulancia la llevó al hospital de Jaca.


A las 12.00, el grupo de montaña de Huesca, con el helicóptero y un médico del 061, acudieron al puente de Villacantal, próximo al río Vero, en Alquézar. Una mujer sufría un fuerte dolor en el tobillo, no podía andar y estaba mareada. El viento dificultó las maniobras de la aeronave. Finalmente, un guardia y el facultativo llegaron hasta la accidentada, que fue evacuada hasta el hospital San Jorge de Huesca.

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