Las carreteras autonómicas se quedan sin dinero para su conservación hasta el verano

La Consejería de Vertebración admite que solo gastará "lo mínimo indispensable" hasta firmar los nuevos contratos. Las brigadas critican la falta de personal, maquinaria y suministros para poder atender una red "abandonada".

Limpieza de cunetas y poco más.
Limpieza de cunetas y poco más.
Macipe

El Gobierno de Aragón no solo ha recortado este año un tercio el presupuesto para carreteras, sino que ha dejado bajo mínimos la conservación. Hasta el punto de que las nueve brigadas dependientes de la Consejería de Vertebración del Territorio no dispondrán ni de los suministros necesarios para el mantenimiento ordinario de los 5.674 kilómetros de la red autonómica hasta el próximo verano. "No tenemos ni para reponer las señales. Nos han transmitido que solo hay 26.000 euros por sector y, como comprenderá, no da para acometer una mínima intervención en condiciones. Solo apaños", señalaron varios funcionarios de Carreteras sin poder ocultar su malestar por el "abandono".


La demora en la licitación de los contratos de conservación, con los que la DGA pretendía paliar la falta de medios y recursos propios, impedirá que las empresas se pongan a trabajar antes del verano. Las empresas que se han encargado durante los dos últimos años finalizaron su tarea a mediados de mes, pero el Ejecutivo aragonés no ha tenido a bien solapar unos contratos y otros, lo que ha provocado la situación denunciada por los propios funcionarios. De hecho, el plazo de presentación de ofertas no finalizó hasta mediados de febrero, cuando los contratos estaban a punto de vencer, y el pasado miércoles se abrieron las ofertas, por lo que aún habrá que esperar hasta junio para ver a las nuevas empresas trabajando.


El director general de Movilidad y Transportes, José Gascón, decidió hace unos días reunir a los directores provinciales y jefes de servicio para comunicar la situación y analizar cómo se podía "paliar". "No tenemos dinero, por lo que se gastará lo mínimo indispensable. Recurriremos a contratos menores para salvar la situación e intervendremos si surge alguna urgencia", admitió a este diario.


Gascón reconoció que la situación "no es la ideal" porque, añadió, "la conservación ordinaria no se va a hacer, solo lo indispensable". De hecho, se dependerá de las existencias de material que tengan las brigadas. "Se repondrán las señales que se tengan y no se harán parcheos", dijo antes de incidir en que como hay máquinas y operarios disponibles se acometerán tareas que no requieren suministros, como limpiar cunetas.


Para darse una idea de la situación, el presupuesto para conservación ordinaria asciende a 8,2 millones, de los cuales 415.236 euros correspondían al pago de las contratas aún vigentes a principios de año y el dinero restante, otros 7,8 millones, se destinará a cubrir el coste de las nuevas concesionarias del servicio para lo que quede del ejercicio.


La solución a recurrir a contratos menores podría encontrarse con los reparos de la Intervención General de la DGA, según han advertido los propios técnicos de Carreteras. Con la ley vigente, los contratos menores de suministros no pueden superar los 60.000 euros, pero si se firman varios por un importe menor en un mismo periodo para el mismo fin se podría entender como un fraccionamiento para saltarse la normativa.

Plantilla reducida

Los propios trabajadores inciden en que el problema se ha agudizado ahora con los recortes del Gobierno PSOE-CHA, aunque el consejero de Vertebración, José Luis Soro, ha heredado una situación ya enquistada: la plantilla de las brigadas de conservación estaba compuesta por unas 360 personas hace siete años y en la actualidad se reduce a 300 con las plazas amortizadas y las vacantes que no están cubiertas.


El director general de Movilidad señaló que con el Gobierno PSOE-CHA sí se han repuesto las bajas que se han producido, aunque no hay margen para incrementar el capítulo de personal.


A esto se suma la falta de medios y una vetusta flota que lleva a la DGA a sacar a las cuadrillas a la carretera en camiones que, en algunos caso, no guardan ni las mínimas condiciones. Este es el caso del existente en el parque de Cantavieja, cuya media docena de operarios viajan en uno del año 1994 que acumula continuos partes desfavorables de la ITV y con el que deben subir puertos. Otros dos de Calamocha, de 1992, acumulan más de medio millón de kilómetros. El más moderno de Huesca tiene solo dos años, pero mantiene otros que acumulan un cuarto de siglo.


En la provincia de Zaragoza, siete camiones prestan servicio desde 1993. El que utiliza el parque de Calatayud para reparar guardarraíles rozará este año un cuarto de siglo en la carretera. "Sus emisiones son tan elevadas, que se arranca en el calle y no en las instalaciones", señalaron.


El material auxiliar también está "en su mayor parte obsoleto" y no se ha decidido renovar. La situación llega hasta el punto de que desbrozadoras y barredoras se han tenido que dar de baja porque no cumplían los requisitos de seguridad. Lo mismo ha sucedido con los clavabiondas tras una denuncia ante Inspección de Trabajo. "Trabajamos con pico, pala y un capazo, como a principios del siglo XX", señalaron operarios consultados.

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