El temporal de lluvia ha generado en la cuenca del Ebro crecidas ordinarias pero importantes en los ríos Arga e Irati, que ya están en descenso, mientras que siguen aumentando los caudales en el Zadorra, Bayas, Omecillo, Jerea, Nela y Ebro alto.

Según ha informado la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), las precipitaciones de este sábado han continuado durante la madrugada del domingo, lo que ha supuesto que los caudales en estos ríos todavía se encuentren al alza.

Estas avenidas se aproximan a máximas crecidas ordinarias en algunos ríos, ha precisado la CHE.

En el caso del Nela, el aumento de las temperaturas está provocando la fusión de la nieve acumulada , lo que está favoreciendo el incremento rápido de los caudales de los tramos altos de este río, lo que también ocurre en el Ega y en la cuenca alta del Ebro, mientras que en el resto de cuencas los efectos de la fusión de nieve no son importantes.

En el Zadorra en Vitoria el caudal a las 11.00 era de 120 metros cúbicos por segundo y en Arce, cerca de Miranda, de 200 m³/s, mientras que el del Ebro en Miranda actualmente es de 280 m³/s, en Logroño de 410 m³/s y en Castejón (Navarra) de 1.050 m³/s con tendencia ascendente en todos ellos.

En el Arga en Echauri se registró un caudal máximo de 600 m³/s al final del día de ayer y la tendencia actual es claramente descendente, ha indicado la CHE.

Durante las últimas 48 horas se han registrado precipitaciones persistentes en prácticamente toda la cuenca del Ebro y en las cabeceras de los afluentes de la margen izquierda se han recogido más de 70 litros por metro cuadrado.

Destacan las cabeceras del Nela, Zadorra y Arga, con más de 100 l/m², y en el resto, salvo en la zona sur, se han registrado entre 30 y 60 l/m², mientras que la cota de nieve se ha situado entre los 500 y 900 metros según las zonas.

Los embalses de Yesa (río Aragón) e Itoiz (río Irati), ambos en Navarra, han permanecido cerrados para permitir la laminación de caudales aguas abajo tras haber realizado maniobras de desembalse para generar resguardo.

El sistema de Ullíbarri-Urrúnaga, al disminuir sus aportaciones, ha reducido los caudales aguas abajo, y se mantiene el desembalse para generar resguardo en el embalse de Mequinenza en el bajo Ebro, en Zaragoza.