El presidente de la Generalitat Valenciana, el socialista Ximo Puig, ha asegurado este lunes en Zaragoza que el ejecutivo que preside desde el pasado 25 de junio no va a hacer "nunca" del agua un motivo de "bandería política partidista".

Así se ha pronunciado ante su homólogo aragonés, el también socialista Javier Lambán, en el encuentro que ambos han mantenido en la sede del Gobierno de Aragón para tratar asuntos que afectan a ambas comunidades, como el impulso de las comunicaciones ferroviarias.

Tras la reunión, ambos mandatarios se han referido a las cuestiones que unen a las dos comunidades, y en referencia al agua y al trasvase del Ebro, que tradicionalmente les ha separado, Puig ha apuntado que su objetivo es que los valencianos tengan garantizada "agua de calidad y para siempre", y ha asegurado que para lograrlo va a trabajar "desde el diálogo y la concertación".

A su juicio, ésta "no puede ser una bandera de confrontación", como sucedió con la campaña "Agua para todos" que puso en marcha el PP para reclamar el trasvase del Ebro al Levante español.

Entonces, el PP tenía todo el poder en las instituciones autonómicas y en el Estado y no llevó a cabo el trasvase, motivo por el que Puig ha instado a los populares a que "no vuelvan a engañar a la gente" y colaboren en la búsqueda de "soluciones razonables para todos".

Las comunicaciones ferroviarias y carreteras entre las dos comunidades han centrado gran parte de la reunión, en la que Lambán y Puig han puesto de manifiesto que es necesario mejorar la línea ferroviaria entre Zaragoza y Sagunto y también acometer el desdoblamiento de la N-232 entre Zaragoza y Vinaroz.

Puig, que fue alcalde durante 17 años de Morella (Castellón), localidad que atraviesa esta carretera, ha asegurado que su estado es de "auténtico escándalo", a pesar de ser "fundamental" y el "camino más recto" entre el Mediterráneo y el Cantábrico.

Ha lamentado, en este sentido, que "permanentemente" se haya invertido en infraestructuras que han fomentado "la centralidad del centro y no la de la razón", y por eso los dos presidentes se han comprometido a trabajar para arrancar del Gobierno de España un compromiso "claro" con la mejora de las relaciones entre Aragón y Valencia, entre otras cosas con el desdoblamiento de la N-232.

Además de caminar hacia un Estado "cada vez más federal" con más relaciones entre las autonomías, según ha dicho Lambán, para Puig es necesario cambiar la concepción de "radialidad" de las comunicaciones, ya que a su juicio no todas tienen que pasar por Madrid.

Para Lambán, las ya amplias relaciones de ambas comunidades se "estrecharán" cuando se mejoren las comunicaciones ferroviarias y carreteras.

Y en este sentido ha querido "zanjar" cualquier debate respecto a si el apoyo del Gobierno de Aragón a que la línea Zaragoza-Sagunto se considere como un ramal del Corredor Mediterráneo suponga renunciar al proyecto de la Travesía Central por el Pirineo (TCP).

Aragón "en modo alguno" renuncia a la TCP como "proyecto estratégico de primera magnitud", pero considerarlo como un ramal del Corredor Mediterráneo amplía las posibilidades de conseguir financiación europea, ha dicho el presidente aragonés.

También para Ximo Puig es "esencial" que Zaragoza tenga una buena conexión ferroviaria con el Puerto de Valencia, algo que favorecerá que mejoren las posibilidades de exportación de las empresas aragonesas.

En referencia al proceso soberanista que se quiere abrir en Cataluña, Puig ha incidido en su postura "totalmente en contra" de los planteamientos independentistas, pero también ha asegurado que "el inmovilismo" e "incidir en los fantasmas del pasado" no es la salida.

A su juicio, la "buena" salida es la federal y la reforma de la Constitución Española, dando "un paso hacia adelante hacia la convivencia, las reformas y el respeto".