Una mujer atropellada demanda a la empresa del tranvía por sus secuelas

Reclama 44.400 euros por los daños sufridos en el accidente porque el conductor no bajó la velocidad ni la avisó.

Una mujer que resultó herida muy grave tras ser atropellada por el tranvía en Parque Goya ha interpuesto una demanda a la empresa Tranvías Urbanos de Zaragoza y a su compañía de seguros Zúrich. La demandante evalúa que sus daños y perjuicios asciende a 44.400 euros por las secuelas sufridas en la cabeza, la cara y el tronco (pérdidas del sistema olfatorio y gustativo, de sustancia ósea y daños en la columna vertebral) así como por los días de hospitalización.


El accidente se produjo el pasado 8 de mayo de 2013 a las 22.15 mientras la peatón estaba con su cuñada y hablaban con el conductor de un turismo en la acera. La atropellada y la otra mujer miraban en dirección contraria al convoy que se acercaba.


El conductor del tranvía, de origen italiano y que desapareció cuando se le llamó a declarar en un juzgado de instrucción, manifestó en su día que dio ráfagas para avisar de su llegada, pero en ningún momento accionó las señales acústicas ni bajó la velocidad. Las peatones no advirtieron la luz y la víctima fue arrollada inmediatamente por el tranvía.


El Juzgado de Instrucción 5 de Zaragoza sobreseyó las actuaciones porque el conductor (señor Scarano) se encontraba en "ignorado paradero". La víctima del atropello acudió a la asociación AZVAT (Asociación Zaragozana de Víctimas de Accidentes de Tráfico), donde le propusieron el asesoramiento jurídico del letrado Rafael López Garbayo, que ha interpuesto la demanda civil. "No puede considerarse que (el conductor) agotara todo lo exigible para poder evitar el atropello del peatón", apunta la demanda, basada en un informe pericial.

La denuncia considera que existió "acción culposa o negligente" en la actuación del conductor del tranvía; que se produjeron daños de su actuación por omisión; y que hay un nexo causal entre las dos conductas porque las secuelas se produjeron por la deficiente conducción.


El demandante considera que el tranvía tenía que aclimatarse a la ciudad, no al revés, y el siniestro se produjo un mes después de que alcanzara Parque de Goya. Por eso, señala que era evidente la existencia de "un riesgo externo, notorio y patente" para los viandantes de Zaragoza y por eso se debe exigir a Tranvías Urbanos de Zaragoza todas las precauciones necesarias.


Asimismo el letrado critica la tesis que hasta ahora ha adoptado la demandada, que pretende hacer recaer desgraciadas consecuencias de sus omisiones de diligencia, en la falta de atención o cuidado de la demandante y llegando a reclamar el pago de la luna delantera del tranvía. "Denota de una absoluta falta de sensibilidad, teniendo en cuenta la trascendencia y características del siniestro", señala. La aseguradora envió una carta a la víctima con el coste de la luna (8.200 euros), pero no lo ejecutó.

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