​Las plantas de tratamiento de purines siguen cerradas un año después de la reforma eléctrica

En Peñarroya de Tastavins el ayuntamiento espera poner en funcionamiento su planta en algo más de un mes.

​Las plantas de tratamiento de purines siguen cerradas un año después de la reforma eléctrica
​Las plantas de tratamiento de purines siguen cerradas un año después de la reforma eléctrica
Heraldo

Más de un año después de que la reforma eléctrica eliminara las primas a las renovables y la cogeneración, en las comarcas de La Litera y el Cinca Medio los ganaderos de porcino siguen sin tener una planta a la que llevar parte de los purines que generan sus explotaciones.


Un total de cuatro instalaciones cerraron de forma casi inmediata al entrar en vigor la norma, eliminándose así una posibilidad que daba salida a parte de los residuos que producen las más de 400 granjas de la zona ayudando a cumplir con la normativa europea que previene la contaminación ambiental que puede producir el uso masivo del purín como abono sin tratar, y que obtenían energía transformando estos residuos, gracias, eso sí, a las primas que ofrecía el Ministerio y que aportaban prácticamente un 40% de sus ingresos.


Desde entonces, los ganaderos de la zona han tenido que volver al uso tradicional como abono transportando los residuos a campos alejados, una opción que eleva el coste ya que antes era un camión de las propias plantas el que recogía en las explotaciones los excedentes para transportarlos.


“El problema no ha mejorado ni tiene visos de mejora”, señala José Luis Lavilla, presidente de la Asociación Pecuaria de Huesca, después de que, tras echar el cerrojo momentáneamente como acto de protesta, las cuatro plantas que había implantadas en Huesca -dos en Monzón, otra en Fonz y una última en Altorricón- sigan abandonadas por las empresas al no haber ya rentabilidad alguna.


Cuando el problema saltó, la DGA intentó intervenir solicitando una prórroga en las primas al Ministerio de Industria y estudiando medidas para apoyar el transporte de los purines. No en vano, la propia administración aragonesa era plena interesada en la rentabilidad de estas plantas, ya que está en estudio desde hace años la puesta en marcha de otras cuatro instalaciones -en Zaidín y Capella en Huesca y en Valderrobres y Peñarroya en Teruel- que, tras años en el limbo, en los últimos meses habían vuelto a recibir un nuevo impulso reautorizando sus proyectos para gestionar parte de las más de 47.000 toneladas de purines que cada año se producen en la Comunidad.En el Matarraña dos plantas llevan paradas más de cinco años


Pero el problema de la gestión de estos residuos, que ha crecido de forma paralela al desarrollo del sector, no es exclusivo de estas dos comarcas oscenses. En el Matarraña, dos plantas públicas que costaron más de 14 millones de euros han estado paradas debido a su inviabilidad. Todo ello mientras buena parte de sus municipios eran catalogados como zonas vulnerables por la gran implantación de explotaciones intensivas.


En esta zona se ha dado además de forma continuada un importante problema por contaminación de nitratos, provocando que varios pueblos no puedan consumir agua de boca. Una contaminación que se debe al uso excesivo de abonos nitrogenados, o por el vertido de los purines en zonas de alta concentración ganadera.


“Necesitábamos una solución, porque en una comarca como esta el sector porcino es un fuerte pilar de empleo. Aquí está el 35% de la producción porcina de la provincia y tener que transportar los residuos hasta Alcañiz y otras zonas supone un importante aumento del coste” explica Manuel Esteve, presidente de la Asociación de Ganaderos de Porcino de Teruel (Acriporte), quien habla en pasado porque parece que al fin, tras cinco años de espera, la apertura de una de las dos plantas que cobija sin uso la comarca puede ser una realidad en un par de meses.


El ayuntamiento de Peñarroya de Tastavins espera la próxima semana emprender la licitación de su planta, y afirma que ya hay varias empresas interesadas. “Parece que por fin podrá ser una realidad, esperamos que en un mes y medio o dos meses pueda estar operativa”, señala el alcalde de la localidad, Francisco Esteve, también ganadero. La planta ha sido mejorada con una instalación de biogás que amplía su rentabilidad de cara a las empresas, que ahora no contarán con primas por parte del Estado. “Nos cogió de lleno el decreto de las renovables. Y creo que aquí se tendría que haber actuado de otra forma, porque estas plantas además de producir energía cumplen con un objetivo principalmente medioambiental, que debería seguir siendo apoyado en mi opinión”, valora el alcalde.


Y es que el problema de la gestión de residuos no ha dejado de ir a más en los últimos años, siendo uno de los principales 'handicaps' que ha tenido el sector porcino en el crecimiento que ha vivido en plena crisis, aumentando su cabaña en más de 600.000 cerdos desde 2011. “Lo que siempre hemos solicitando a la administración es que se cree un plan integral que incluya a instituciones y ganaderos para valorar la solución a dar en cada zona, porque la problemática en muchos municipios es distinta. Si entre todos elaboramos un plan y un método de actuación adecuado podríamos evitar los episodios de contaminación que, aunque no se puedan achacar todos a la ganadería, sí que es cierto que no gustan a nadie”, valora por su parte el presidente de Acriporte.

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