A la búsqueda de las ermitas olvidadas

Todo trabajo tiene su recompensa y el de Cristian Laglera, un enamorado de la montaña a quien le preocupa especialmente la despoblación del Pirineo, se está viendo sobradamente recompensado. Lleva once años recorriendo los pueblos deshabitados del Pirineo, más de 300 núcleos en total, y a lo largo de todo este tiempo ha encontrado ermitas inéditas o "redescubiertas" como él prefiere llamarlas él. La última de ellas, la localizó el pasado 23 de mayo, por la zona de Bailo y Larués, en la comarca de la Jacetania.

Los restos de la construcción estaban muy escondidos entre la maleza y hasta ahora su presencia pasaba inadvertida ante los ojos de cualquier persona que pudiera pasear por ahí. De hecho, para poder llegar hasta ella, "tuvimos que estar un buen rato desmalezando toda la puerta de acceso", explica el investigador. Se trata de los vestigios restos de una ermita que no sale en los mapas de papel que se utilizan ahora aunque sí aparece en los visores de internet, "pero la sitúan en un lugar equivocado", comenta Cristian Laglera. "Este es un santuario bastante desconocido y que llevaba años, más bien décadas sin recibir visitas", añade.

Él no fue por esa zona por casualidad. Sabía de la existencia de esta ermita "porque viene señalada en algunos mapas antiguos, concretamente la encontré en uno del año 1910". En los mapas modernos de papel "no aparece y en los visores de internet la sitúan unos 400 metros desviada, que en zona boscosa es muchísimo", apunta. Pero esta no es la única capilla que ha "redescubierto", ya que ha encontrado una docena más en la zona de la Jacetania. Como de esta última, sabía de su existencia por documentos antiguos y ahora las está inventariando para presentarlas en una publicación.

Una de las cosas que Laglera acostumbraba a hacer cuando se acercaba a visitar núcleos despoblados era localizar sus ermitas. Una vez finalizado este trabajo, "repasando el archivo fotográfico me di cuenta de que tenía gran cantidad de ermitas fotografiadas y pensé que sería interesante hacer un inventario de todas ellas, pero por supuesto, añadiendo las de los núcleos habitados", explica el joven.

Hace un par de años se puso manos a la obra con la idea de inventariar todas las ermitas del Pirineo, sea cual sea su estilo constructivo y el estado en el que se encuentren. "Busco ermitas medievales y también levantadas durante el siglo pasado, estén en pie o apenas queden vestigios, no importa porque de lo que se trata es de inventariarlas todas", subraya. Ha comenzado por las comarcas de la Jacetania, Hoya de Huesca y el Alto Gállego, en total "tengo localizadas ya más de 300 ermitas entre los tres territorios".

Cristian Laglera elaboró un primer listado con los santuarios ‘fáciles’, que son los que aparecen en los mapas "y los que todo el mundo conoce". Y a partir de ahí, "se trataba de ir añadiendo ermitas más complicadas de encontrar, y también las que están en ruinas y aquellas de las que solo quedan vestigios, que evidentemente, son las más complicadas de localizar", añade.

En esta búsqueda, está visitando todos los pueblos "con mucha paciencia" y hablando con gente mayor. Asimismo, se ayuda de viejos mapas. "Recurro a uno del año 1910 en el que salen ermitas que en los modernos ya no aparecen, muchas de ellas porque han desaparecido con el paso del tiempo", explica. Con las coordenadas de estas, "voy a ver qué encuentro" y de esta manera ha localizado ya 12 ermitas "muy desconocidas incluso para la gente de la zona y que podrían definirse como inéditas porque llevan muchos años abandonadas, perdidas en el bosque totalmente engullidas por la maleza", señala.