Fiesta patronal de los ingenieros técnicos

Se entregó la insignia de socio de mérito al subdelegado del Gobierno, entre otros reconocimientos.

Juan Ignacio Larraz, Ángel Val, Joaquín Royo, Guillermo Planas y Pedro Cebrián, ayer en Caixaforum.
Juan Ignacio Larraz, Ángel Val, Joaquín Royo, Guillermo Planas y Pedro Cebrián, ayer en Caixaforum.
A. Alcorta

El auditorio de Caixaforum colgó ayer el cartel de completo para recibir al colectivo profesional de ingenieros técnicos con motivo de su fiesta patronal. La cita fue, sobre todo, una jornada festiva, de reencuentros y de merecidos reconocimientos. El decano del Colegio de Aragón, Juan Ignacio Larraz, ejerció de anfitrión y en su intervención puso el acento en "la versatilidad de una carrera multidisciplinar que da origen a muchos empleos diferentes". No fue un día para reivindicar, pero el decano sí defendió "no bajar en ningún momento los niveles educativos, cuestión que entiende muy bien nuestro rector".


Manuel López, precisamente, le escuchó atentamente sentado a su lado en la mesa presidencial. En ella también estaban el presidente del Consejo General de Colegios de Ingenieros Técnicos Industriales de España, José Antonio Galdón, y el decano del Colegio de Ciudad Real, José Carlos Pardo.


Los tres tuvieron palabras de agradecimiento para los asistentes por su buen hacer profesional y, especialmente, para los compañeros que han cumplido 25 y 50 años de profesión. Todos ellos recibieron una placa conmemorativa y una gran ovación.


Hubo reconocimientos más personales como el que se hizo a Jesús Madre, un referente para estos profesionales. Jesús posee la medalla de plata de la Asociación Nacional de la Ingeniería Técnica Industrial, su más alta condecoración. Es el único aragonés que la tiene y ayer estaba muy agradecido.


Esta misma entidad concedió las insignias de socio de mérito a Joaquín Royo, profesor titular en la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de Zaragoza, y a Ángel Val, subdelegado del Gobierno en Zaragoza. Hace tiempo que no ejerce esta profesión, ni tampoco la de químico o médico, carreras en las que también se licenció. En cualquier caso, ayer confesó que su referente siempre ha sido la ingeniería técnica porque "porque me permitió acceder a lo que ha sido mi desempeño profesional dedicándome, sobre todo, a los temas de gestión". "La ingeniería –concluyó– me ha proporcionado una racionalidad, unos conocimientos y una capacidad que probablemente otras carreras no me hubiesen dado".


Durante el desarrollo del acto también se nombró colegiado de honor a Guillermo Planas. Entre sus méritos se destacó la dedicación a la profesión durante los 20 años que ha permanecido como delegado en Huesca. Una vez concluida la parte más formal de la celebración llegó la más lúdica y festiva. En el restaurante del propio Caixaforum se ofreció el picoteo que sirvió para que muchos compañeros pudieran ponerse al día y quién sabe si emprender nuevos proyectos.