Ser madre más allá de los 40

Algo que hace quince años era anecdótico se ha convertido en habitual en los hospitales aragoneses. Las cifras así lo confirman.
Si hace quince años apenas sesenta mujeres tenían su primer hijo al llegar a la década de los cuarenta, ahora ya son más de 300.

"Ser madre a los 41 me ha rejuvenecido". Hace veinte días que Julia Ripoll tuvo a su hija Dunia. Ha  retrasado la maternidad hasta que no ha encontrado a su pareja ideal, pero ahora no duda en querer  aumentar su familia cuanto antes.
"Ser madre a los 41 me ha rejuvenecido". Hace veinte días que Julia Ripoll tuvo a su hija Dunia. Ha retrasado la maternidad hasta que no ha encontrado a su pareja ideal, pero ahora no duda en querer aumentar su familia cuanto antes.
aránzazu navarro

La maternidad a mí me ha rejuvenecido. Tener una niña es lo mejor que hemos hecho mi pareja y yo. No lo cambio por nada". Veinte días después de dar a luz, Julia Ripoll, de 41 años, habla emocionada de su hija Dunia, una pequeña de pelo moreno que pesó casi 4 kilos al nacer y que ya dedica sus primeras sonrisas a su mamá después de darle de comer. A pesar del cansancio de las primeras semanas, de los dolores de las contracciones y de que su parto acabó finalmente en cesárea, no lo duda ni un momento a la hora de responder si en un futuro piensa aumentar la familia. "Esta nos costó, pero si puedo, repetiré", afirma tajante.


Como Julia, decenas de aragonesas dan a luz a su primer hijo pasados los 40. Mientras en 1998 apenas sesenta mujeres tuvieron su primer hijo a partir de esa edad, quince años después, en el 2013, la cifra superó ya las 300. Y parece que la tendencia no tiende a revertir.


Los cambios sociales con la incorporación de la mujer al mercado laboral, las circunstancias económicas y las técnicas de reproducción asistida han ‘acercado’ la maternidad hacia los 50. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), 304 mujeres fueron madres con más de 40 años en el 2013 (el último con datos oficiales completos). De estas, 129 dieron a luz por primera vez a los 40 años, mientras que 73 habían cumplido los 41 e incluso una tuvo su primer hijo a los 49. Quince años antes solo 58 retrasaron su primera gestación hasta pasados los 40 (26 de estas recién cumplida esta década). Hay más datos sobre la evolución en el cuadro adjunto.


Aunque la mayoría de gestaciones se desarrollan sin problemas, los expertos insisten en la necesidad de informar a la sociedad de los riesgos o complicaciones que puede entrañar retrasar la maternidad a edades más allá de los 35 años.

Además de que la tasa de fertilidad disminuye conforme se van cumpliendo años y es más difícil conseguir una gestación, aumenta ligeramente el riesgo de sufrir un aborto en el primer trimestre, que el bebé sufra alteraciones cromosómicas, padecer diabetes o hipertensión durante el embarazo, tener un parto prematuro o dar a luz un niño más pequeño respecto a su edad gestacional.


La facultativa Belén Rodríguez, del servicio de Tocología y Obstetricia del hospital universitario Miguel Servet de Zaragoza, reconoce el cambio de mentalidad y el incremento de partos de mujeres de más de 40 años, sobre todo en la última década. En estos momentos, es todavía más evidente al reducirse los partos de mujeres inmigrantes que ‘rejuvenecían’ algo las estadísticas.


Asegura, no obstante, que la mayoría de gestaciones en mujeres que sobrepasan los cuarenta se desarrollan sin problemas si se sigue un control adecuado del embarazo y se llevan unos hábitos de vida saludables, como no fumar o llevar una dieta saludable. "Si la embarazada se cuida y normalmente es así, los riesgos aumentan pero solo ligeramente", apunta la experta del Miguel Servet.

Embarazo activo

De hecho, insiste en que ella aconseja "moverse" y "mantenerse activa" durante el tiempo que dura el embarazo, sobre todo, para evitar coger más peso del deseado. Algo que provoca más de un quebradero de cabeza a las gestantes. Lejos de ser una manía de los tocólogos, los ginecólogos defienden a cal y canto esta recomendación. Enfrentarse a un parto con un peso elevado aumenta, según aseguran los ginecólogos, las complicaciones en el parto, así como el riesgo de que el embarazo acabo en una cesárea o de que los fetos salgan con exceso de peso o, por contra, con poco.


Como Julia, Esther, que prefiere mantener el anonimato, dio a luz con 41 años. Tuvo a su pequeña Elena, de 3,250 kilos el pasado miércoles en el hospital Miguel Servet de Zaragoza. "He ido retrasando la maternidad por motivos personales. La vida es así. Mi niña ha venido cuando tenía que venir", afirma.


Asegura que pese a las dificultades que existen para quedarse embarazada a partir de los 35 (cuando se ha demostrado que disminuyen las posibilidades de la tasa de fecundidad significativamente), a ella tan solo le costó tres meses conseguirlo. "Me siento afortunada. Tengo compañeras más jóvenes que han tenido más problemas. Mi embarazo ha sido perfecto. Me han llevado en la consulta normal", señala.