"Ha sido un palo muy duro jubilarme por obligación"

Faustino González, albañil de 64 años, se quedó en paro tras la Expo y ya no encontró trabajo.

Faustino González, albañil jubilado
"Ha sido un palo muy duro jubilarme por obligación"
P. F.

Faustino González, emigrante extremeño que lleva viviendo en Zaragoza desde los 8 años, se quedó en paro después de la Expo y ya no pudo volver a encontrar trabajo. En 2010 le entrevistamos para la sección Los lunes al sol. Él quería seguir trabajando y confiaba en encontrar algún empleo para poder tener una pensión digna. "Llevo toda la vida trabajando y ahora me hacen sentir que no valgo nada", decía entonces.


Cinco años después, está jubilado, con una pensión mucho más baja de lo que le hubiera correspondido si hubiera podido trabajar un par de años más (1.000 euros) y una tristeza que no consigue quitarse de encima. "Ha sido un palo muy duro jubilarme por obligación. Yo quería seguir trabajando. Estaba bien físicamente y tenía mucha experiencia. Pero me decían que por mi edad ya no valía El abogado me recomendó que me jubilara ya o me quedaría una pensión mísera", se lamenta.


Faustino empezó a trabajar con 9 años, ayudando a su padre en la obra. A los 14 ya tuvo su primer contrato. Ha trabajado de albañil y encofrador en el Clínico, el Servet, el Alcampo de Valdefierro, Parque Goya, el cuartel de Jaca, la Academia General Militar, Valdespartera, la Expo... "En 2008 trabajé mucho. Con mi cuadrilla estuve haciendo la pasarela del Voluntariado, el parking de la Expo y actuaciones en la ribera. Pero cuando acabó la Expo, sólo me salieron dos cosas pequeñas y me fui al paro", cuenta.


Faustino cobró la prestación por desempleo y luego la ayuda de 426 euros, de la que tenía que descontar la cotización a la Seguridad Social. Le quedaba un 'sueldo' de 170 euros al mes. Y al cumplir los 60, en 2011, siguió los consejos de su abogado y se jubiló.


"Yo he tenido suerte, pero es lamentable trabajar toda la vida para que te queden 1.000 euros de pensión. He visto que si te quedas en el paro, a partir de una edad, es un drama. No encuentras nada y te queda una pensión mínima", reflexiona.


En este tiempo, su mujer también se ha quedado sin trabajo. En 2010 ella trabajaba en una fábrica de zapatos, pero después su empresa hizo un ERE y se quedó en la calle. Ella busca trabajo pero no encuentra nada. Por suerte, ya han terminado de pagar la hipoteca. Y sus dos hijos, de 28 y 30 años, sí tienen trabajo.


"Ahora llevamos una vida tranquila, pero cuidando mucho los gastos. No podemos permitirnos ningún lujo. No estamos saliendo de la crisis, seguimos en ella. A los que mandan les daría mi pensión para ver cómo se organizaban durante unos meses o un año", dice Faustino.


Desde que se quedó sin trabajo, Faustino está con tratamiento para depresiones. "Mi mujer me ha ayudado mucho. Gracias a ella sigo adelante", afirma con ella al lado. Sigue cultivando su afición por el fútbol y continúa como entrenador de porteros del club Valdefierro.