La Guardia Civil acumula casi 5.000 robos sin esclarecer en el medio rural desde el año 2010

Los agentes critican la falta de medios materiales y humanos y de formación en investigación.

Material recuperado por la G. Civil de robos en granjas
La Guardia Civil acumula casi 5.000 robos sin esclarecer en el medio rural desde el año 2010
Efe

La inseguridad y los robos en explotaciones agrícolas y ganaderas y viviendas del medio rural aragonés constituyen un problema que lleva camino de ser endémico. Desde la maquinaria que se emplea para trabajar el campo hasta el ganado, pasando por la gasolina de los depósitos, herramientas o piezas de fruta, nada se salva del afán de los ladrones por hacer un dinero rápido y relativamente sencillo revendiendo lo afanado.


El volumen de hurtos es tan elevado -especialmente desde el inicio de la crisis- que los agentes de la Guardia Civil no dan abasto para esclarecer todos los casos denunciados. Las cifras facilitadas por el Congreso de los Diputados hablan por sí mismas: de los 5.652 hechos conocidos en el último lustro, la Benemérita solo ha podido encontrar al delincuente en 754 de ellos. Es decir, la tasa de casos resueltos es de apenas un 13%.


Esto significa que quedan todavía 4.898 saqueos por resolver en toda la geografía aragonesa. ¿Las razones? Los agentes subrayan la falta de recursos y la poca inversión en investigación de delitos. "Ahora mismo, somos una policía eminentemente preventiva, cuando deberíamos tender a asumir los casos de policía judicial, como hizo hace un tiempo la Policía Nacional", apunta Juan José García, secretario general de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC).


"La crisis no ha ayudado en absoluto a nuestro trabajo en el ámbito rural, donde muchas veces nos tenemos que limitar a recibir denuncias -añade García-. Aunque antes ya faltaban recursos, ahora son carencias más acusadas. Faltan recursos materiales y humanos, y no se invierte en formación dedicada al área de investigación, lo que nos condena a ser una policía obsoleta".


García hace hincapié en lo anticuado del cuerpo: "Arrastramos una muy mala organización, que hace 90 años estaba bien, pero que ahora ya no sirve. Estamos en un momento en que los delincuentes se han especializado y nosotros nos hemos quedado atrás".


Los vecinos reclaman más control


Uno de los municipios aragoneses más azotados por los cacos es Épila. Solo en el pasado mes de enero se contabilizaron 17 asaltos a propiedades de la localidad, lo que obligó a la Guardia Civil a desplegar un dispositivo especial con el fin de cortar esta racha. "Desde entonces las cosas están más tranquilas, aunque en la noche de hace dos sábados tuvo lugar un nuevo robo", explica José María Simón, presidente de la plataforma Stop Robos Épila.


La problemática no afecta únicamente a las explotaciones agrícolas y ganaderas. "Últimamente están entrando también en viviendas y casas-cueva, de donde se llevan todo lo que pueden: televisiones, estufas, neveras, microondas, lámparas...", lamenta Simón.


Épila, de casi 5.000 vecinos, cuenta un puesto de la Guardia Civil que abre a las 9.00 de la mañana y cierra a las 14.00, mientras que el cuartel más cercano está en La Almunia. Desde la plataforma mantienen un contacto constante con la subdelegación del Gobierno, a la que ya han pedido "más control", sobre todo en vista de "la cantidad de temporeros que han llegado últimamente y que no encontrarán trabajo hasta mayo", por lo que "es aconsejable comprobar su situación legal".


"La gente tiene miedo"


Los alcaldes de los municipios de la Comarca del Jiloca mostrarron recientemente en un acto institucional su repulsa por el asesinato del vecino de Fuentes Claras. Los ediles pusieron de relieve la inseguridad a la que están expuestos los ciudadanos del área rural.


El alcalde de Fuentes Claras, Joaquín Sánchez, hace especial hincapié en la "inseguridad que sentimos, ya que ahora mismo es mucho más inseguro un municipio rural que una ciudad". Sánchez sostiene que, pese a que "probablemente" en el ámbito rural hay menos robos y delitos, en proporción "habría una multiplicación exponencial".


"Hay intentos de robo día sí día también. Es un cúmulo de acontecimientos y la gente tiene miedo", concluye Sánchez.