Rajoy soslaya a Bárcenas y la corrupción y se centra en los logros de su gestión económica

El presidente responde a Aznar con otra pregunta: "¿Ha habido o no un cambio en España desde que gobernamos?".

Rajoy, a su llegada al Palacio de Congresos de Madrid, donde ayer se clausuró la convención.
Rajoy soslaya a Bárcenas y la corrupción y se centra en los logros de su gestión económica
Ángel Díaz/Efe

"Nos crecen los enanos", reconocían el viernes los populares en el arranque de su convención nacional. Luis Bárcenas acababa de abandonar la prisión despachándose a su gusto ante cada micrófono que se le ponía por delante. Señaló a Mariano Rajoy como conocedor de la caja B del partido y hasta se planteó, por qué no, pedir su reingreso en el PP.


Las acusaciones parecían inatacables, pero durante el fin de semana nadie de la cúpula de la formación salió al paso. Ni una sola vez nombró ayer el presidente del Gobierno a su extesorero. Rajoy no está dispuesto a que la sombra de la corrupción se lleve por delante su gestión económica al frente de la Moncloa. "No podemos permitir bajo ningún concepto –aseguró ante la plana mayor del PP– que estas cuestiones (Bárcenas y la corrupción) empañen la honorabilidad del partido y oculten lo más importante que ha ocurrido en España en estos tres años, que es el cambio hacia la prosperidad".


No emuló a José María Aznar, que dos días antes, en tono épico, afirmó: "Mirándoos de frente os lo digo: de mis actos respondo desde el primero hasta el último". La contabilidad paralela, según la Fiscalía y la Abogacía del Estado, se puso en marcha en 1990, con el exjefe del Ejecutivo al mando de la formación, y en algunos apuntes aparece su nombre. Rajoy optó por restar importancia a "las exageraciones interesadas y las manipulaciones" y no quiso responder ni por sí mismo ni por los miembros de su partido. "No podemos garantizar todas las conductas de todos y cada uno de nuestros cargos públicos porque es verdad que sí se han producido esos casos y merecen una respuesta contundente", admitió tras meses de escándalos que han afectado a diversos cargos populares.


Mientras los tribunales actúan, el presidente confía en que se entienda que lo más efectivo es trabajar para que estas situaciones no se repitan en el futuro. La respuesta que podía darse, sostiene que ya se ha dado. "Que en el PP hemos cometido errores y que pudimos hacer las cosas mejor, eso está reconocido". Fue en el Senado, donde compareció Rajoy el 1 de agosto de 2013 para negar la financiación ilegal del PP y justificar que se equivocó al confiar en Bárcenas. "No voy a declararme culpable porque no lo soy", garantizó entonces. Y fue también en el Senado donde pidió "disculpas" en nombre del partido.


Ayer no hizo ni lo uno ni lo otro. "Lo que a mí me preocupa es la realidad", admitió, "que algunos que fueron de los nuestros no hayan estado a la altura". Para esos casos, defendió la "exigencia" con la que, a su juicio, ha reaccionado el PP.


La dirección insiste en recordar que todos aquellos implicados en las distintas tramas se encuentran fuera de la formación. Por eso Rajoy arremetió contra "la demagogia más feroz y el oportunismo político de la peor condición" y aconsejó a los suyos no mirar a los adversarios. "Los policías, jueces y fiscales cuentan con más amparo que nunca; otra cosa es que algunos no tengan de qué hablar o que pretendan darnos lecciones quienes no están en condiciones de hacerlo", lamentó la semana en la que más de uno ha sospechado que la mano del Gobierno estaba tras la excarcelación de Bárcenas.


Arropado y muy aplaudido


Su discurso, de más de una hora y profuso en los logros del Ejecutivo en materia económica, fue aplaudido por los asistentes. Sobre todo por la cúpula del partido, los ministros del Gobierno, la vicepresidenta y los barones autonómicos. Todos ellos subieron al escenario a respaldar al líder en el cierre del cónclave. Con la imagen de los dirigentes populares unidos en torno a Rajoy se buscó cerrar filas y endulzar el amargo sabor de boca que dejó Aznar con un discurso en el que cuestionó la estrategia de la dirección del PP. El expresidente también fue invitado al estrado a acompañar al jefe del Ejecutivo y se pudo percibir la frialdad entre ambos.


Rajoy defendió ante Aznar su trayectoria en el PP y su gestión en el Gobierno. "Sé lo que es este partido", enfatizó recordando a Manuel Fraga como fundador, y respondió al presidente de honor con otra pregunta: "¿Ha habido o no un cambio en España desde que gobernamos?". Lo cierto es que los populares aún se debatían ayer entre el malestar por la falta de "generosidad" del exjefe del Ejecutivo, que no apoyó a Rajoy, y el entusiasmo por su discurso "motivador".


Aznar nunca deja indiferente a nadie. Tanto, que la secretaria general apostó por responder a las dos preguntas que había dejado en el aire, "¿dónde está el PP?" y "¿aspira a ganar las elecciones?". "Está aquí y vamos a ganar", contestó María Dolores de Cospedal.


La también presidenta de Castilla-La Mancha afirmó que en las próximas elecciones la alternativa al PP es "incertidumbre" y "resignación". En este contexto, lanzó un mensaje a las fuerzas políticas que se sienten parte del proyecto nacional, en referencia al PSOE, para que "actúe con responsabilidad" y "sentido histórico del deber de Estado".


Y también lanzó un mensaje a Podemos. "Somos de la casta de los hombres y mujeres que luchan por un país en progreso, para que sus ciudadanos puedan desarrollar proyectos personales en libertad y en ejercicio pleno de sus derechos. Donde todos nos sintamos obligados con el futuro de nuestra patria. Por eso, tenemos que ganar las elecciones", afirmó.


"Este partido sabe dar la batalla y sabe unir a todos aquellos que quieran estar en el proyecto por España". Y añadió: "Va a luchar como nunca".


La secretaria general de los populares defendió el desarrollo de la Convención Nacional, en el que se aprobaron tres manifiestos electorales que resumen el compromiso del PP con las elecciones y que parten "del mandato de sacar a España de la crisis y de devolverla a la senda del crecimiento". A este respecto, y para poner en valor todo lo que se ha hecho en esta legislatura, reivindicó que su partido se ha dedicado "en cuerpo y alma a rehacer las costuras de un país que estaba roto por la mala gestión".


Además, la número dos del PP reivindicó el Estado constitucional de las autonomías "como la expresión genuina de un país tolerante y diverso".