Frenazo del líder

Todo el mérito para que ello sucediera, hay que atribuírselo a un Borja excelente de principio a fin, sabiendo interpretar a la perfección en cada instante el partido que debía jugar, y que aunque no se prodigó excesivamente en ataque, acabó teniendo la pizca de fortuna necesaria para acabar llevándose la victoria. Los borjanos construyeron un gran muro en el centro del campo, con buena presión, intentando cortocircuitar la poderosa zona de creación local.

El Ebro vivió su mejor tramo del partido en los minutos finales de la primera mitad. A pesar de perder al goleador Juanfran, por un fuerte golpe en la cadera. En un saque de esquina vino la ocasión más clara, tras un balón que colgó Camus y remató Edu García en posición algo forzada, acabando el esférico en el travesaño. El decorado siguió por los mismos derroteros durante la segunda parte. La tela de araña planteada por Miki Álvarez funcionaba a la perfección. Únicamente las entradas por ambas bandas eran el arma que usaba el Ebro para intentar generar peligro, pero los centros o las jugadas se estrellaban ante un muro infranqueable.

Solo quedaba que volviera a aparecer la diosa Fortuna, que tantas veces ha acompañado al Ebro en los últimos instantes o en el descuento. Esta vez las cuentas salieron al revés. En un balón colgado al área, Camus al intentar despejarlo, impacta con la bota del delantero visitante, y el colegiado no lo dudó: penalti. No le tembló el pulso a Guille, que engañó a Loscos, dando una victoria de peso a un Borja que aumenta su buena racha.