"No estamos hablando de utopías, hacer la cosas de otra manera siempre es posible"

La exministra Cristina Narbona clausuró ayer en Zaragoza el Congreso Nacional de Responsabilidad Social Empresarial

Cristina Narbona, en el congreso, ayer en Zaragoza.
"No estamos hablando de utopías, hacer la cosas de otra manera siempre es posible"
ACTUALIDAD MEDIA

"La sociedad está cambiado rápidamente a partir del uso de las tecnologías de la información y de la comunicación y eso supone un estadio muy diferente al hablar de responsabilidad social corporativa, porque cada vez hay más ciudadanos capaces de saber por sí mismos si lo que se les cuenta se corresponde con la realidad, de juzgar si las empresas e instituciones merecen su confianza". Lo advertía ayer Cristina Narbona, exministra de Medio Ambiente y miembro del Consejo de Seguridad Nuclear, en su intervención en Zaragoza en el Congreso de Responsabilidad Social Empresarial, que ha reunido a más de 300 participantes y 44 ponentes en la sede de Bantierra durante tres días.


Narbona se mostró convencida de que el "poder cada vez mayor" de los ciudadanos obligará a las entidades a abandonar prácticas que perjudican a la sociedad, como la evasión fiscal o la corrupción, y las encaminará a cuidar el medio ambiente y a tomar acciones orientadas a la justicia social, favoreciendo el respeto de las personas y la prosperidad colectiva. "No estamos hablando de utopías, hacer las cosas de otra manera siempre es posible", aseguró. Y sentenció: "Esta es la primera generación que sabe perfectamente que tenemos gravísimos problemas sociales y ambientales, y la última generación que puede evitar el colapso".

Antes que ella, habían intervenido ayer otros ponentes que coincidieron en la necesidad de cambio. Juan José Almagro, presidente de la Asociación Española de Directivos de Responsabilidad Social (Dirse), señaló la "necesidad de ir desde una responsabilidad social voluntaria hacia una exigible, y no digo obligatoria porque la ley por sí sola no solventa los problemas".


Para Almagro, hay que buscar una estrategia empresarial en la que "no haya taylorismo nunca más, se busque la conciliación de trabajo y familia y se armonicen las demandas de los ciudadanos con las empresas, que están para satisfacer los intereses de esos ciudadanos". Señaló que "la desigualdad es el talón de Aquiles de la economía moderna", y lamentó "que la corrupción esté instalada como si fuera lo más natural del mundo" (pidió "perseguirla y castigarla") y que "lo financiero se ha convertido en un fin en sí mismo".

Almagro apuntó a la universidad como el "brazo armado" para convertir la responsabilidad social "en una estrategia de futuro", y dijo que además de "enseñar e investigar" tiene un gran papel como "conciencia crítica, ética y social".

"Es rentable"

La presidenta de la cadena de supermercados Dia, Ana María Llopis, desmintió la creencia de que la responsabilidad social sea onerosa para las empresas y merme sus beneficios. Por el contrario, aseguró que "es rentable, hay estudios científicos que lo dicen" y mencionó como efectos positivos que "estabiliza la cotización bursátil y quita volatilidad" a las acciones de grandes empresas. Mencionó que, por propia experiencia, sabe que "los fondos e inversores tienen presión de los accionistas y preguntan" por el modo en que la empresa es socialmente responsable. Auguró que vamos hacia "una economía donde el capital no es lo importante, sino a qué se destina", basada "en la confianza" y que obligará a las corporaciones a un esfuerzo continuo de adaptación.


Para Paloma Lemonche, coordinadora de responsabilidad social corporativa de la Asociación de Profesionales de Compras, Contratación y Aprovisionamientos en España, no hay que pensar en "empresa y consumidor", sino en "una cadena de valor global" que "en conjunto tenga un impacto positivo en la sociedad". Pidió adoptar "criterios éticos, sociales y medioambientales para ver si favorecemos el desarrollo del territorio y de las personas que están en el proceso productivo", e informar y educar al consumidor porque "el poder de compra, cuando se ejecuta, es un voto".


María Rodríguez, expresidenta de la Confederación de Consumidores y Usuarios, fue aplaudida al subrayar que "la responsabilidad social no es caridad, es justicia, es adoptar una forma de trabajar que a las empresas les reporta beneficios y también a la sociedad". A su juicio, una empresa responsable debe exigir a sus proveedores que respeten los derechos humanos, no ha de contratar de forma precaria a sus empleados ni engañar a los consumidores y debe cuidar aspectos medioambientales.