Madonna y las filtraciones
¿Se estará estudiando ya en las escuelas de márquetin esta forma de hacer publicidad? Salta una canción a internet y se arma
Ahora, ante el nuevo álbum, vuelve a repetirse la historia, pero a lo grande, en cascada. No una sola canción, sino el álbum completo en tandas. La señora echa sapos y culebras y llega a calificar la acción como acto terrorista. En esta ocasión se señala a Israel como base del filtrador. Y por allí andará otra legión de abogados en su busca
¿Qué puede pensarse? Es posible que alguien haya robado esas maquetas, ¿pero desde tan lejos? No cuadra. Así que ¿por qué no pensar en otra nueva y malévola operación de márquetin? Muy barata, además. Y con más difusión global que la campaña más grande que una firma de prestigio pueda diseñar.
Huele mal. Bowie y U2 guardaron bajo siete llaves sus últimos discos, nadie supo de ellos hasta el mismo día que, por sorpresa, los dieron a conocer. ¿Una cantante tan ambiciosa y severa como ella no podía haber hecho lo mismo? Seguro. Pero ya tiene la campaña: gratis y global. ¿Se estará ya estudiando esta nueva y maquiavélica fórmula publicitaria en las escuelas de márquetin?