Un total de 1.800 alumnos sin clase en Aragón, 300 vecinos aislados en el barrio zaragozano de Alfocea y otra treintena de Monzalbarba evacuados de sus casas es el balance que ha dejado en la región el temporal de nieve y hielo, que se suma a la crecida del Ebro, que se prevé que comience a disminuir.

A estos efectos se suman los casi setenta tramos de la red de carreteras aragonesa que se encuentran afectados por la existencia de hielo o nieve en la calzada o por el riesgo de aludes, así como las 12.000 hectáreas de terreno anegadas, según las primeras estimaciones del Gobierno de Aragón, y que, previsiblemente, aumentarán en los próximos días.

Las carreteras de Huesca presentan 11 incidencias y continúan cortados los puertos fronterizos de Bielsa y Portalet aunque ya se puede pasar al país vecino a través del túnel de Somport, excepto los vehículos de más de 7.000 kilos, mientras que los turismos también pueden hacerlo a través del puerto.

En la provincia de Zaragoza hay veinte carreteras que presentan dificultades en la circulación, principalmente por la nieve y el hielo, y en la de Teruel es necesario extremar la precaución en 38 tramos por estas mismas causas.

La complicada situación que presentaban las vías aragonesas esta mañana ha dejado sin clase a 1.799 alumnos aragoneses, la mayoría de ellos en la provincia de Teruel (1.655) donde han sido canceladas de 68 rutas escolares.

La utilización de cadenas o neumáticos de invierno y la paciencia y prudencia de los conductores será requerida también en la jornada de mañana, jueves, para la que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) mantiene activada la alerta naranja por temperaturas mínimas de hasta 10 grados bajo cero y por vientos de hasta 100 kilómetros por hora en el Pirineo.

Asimismo, habrá alerta amarilla por vientos en el resto del territorio aragonés, donde también se podrá llegar a los 4 grados bajo cero en el centro y sur de la provincia oscense y a los 6 bajo cero en la Ibérica zaragozana.

Y mientras algunos miran a las carreteras otros aragoneses centran sus ojos en el Ebro y siguen pendientes de los números en los que se mide el caudal y la altura del río.

En Zaragoza, por donde ya pasó esta madrugada la punta de la crecida que se ha desplazado este miércoles aguas abajo sin causar grandes afecciones, a las 20.00 horas había descendido el río hasta una altura de 4,45 metros y los 1.581 metros cúbicos por segundo y continúa con tendencia descendente pese a mantenerse el nivel rojo de alerta.

Este miércoles, los bomberos de Zaragoza han tenido que afanarse para trasladar a diez vecinos de Monzalbarba que han solicitado ser evacuados de sus domicilios después de que este martes la rotura de la mota de contención anegara la zona en la que se encuentran sus viviendas y fueran ya trasladados a casas de familiares otros veinte vecinos.

También han trasladado a los empleados que entraban y salían de una residencia de personas mayores de este mismo barrio rural y, aunque a primeras horas de la tarde, ha sido requerida su presencia para desplazar a otro centro a los 75 ancianos que residen en la misma, finalmente se ha desestimado la opción.

El descenso del caudal del Ebro en la zona y el hecho de que fuera más laborioso el traslado de estas personas, algunas de ellas con movilidad reducida, que su permanencia en la residencia, en la que no corrían peligro, ha terminado por abortar la operación, según han indicado a Efe fuentes del Gobierno aragonés.

Sí que han facilitado también el traslado de cerca de 300 vecinos del cercano barrio de Alfocea, que se comunica con Monzalbarba por una única carretera que ha quedado anegada, para que pudieran llegar a sus trabajos o regresar a sus domicilios.