Una vida entre el pincel y la pluma
La historia de León Abadías inicia una serie de biografías de altoaragoneses ilustres que publicará el IEA.
El inicio del la colección coincide con el aniversario del IEA, que en este 2014 cumplía 65 años. "Nuestro objetivo es ir sacando una monografía por año", añadió Garcés.
Fernando Alvira tenía una cuenta pendiente con la vida del pintor oscense. "Hace 20 años, cuando leí mi discurso de ingreso en la Academia, que se titulaba Aproximación a la biografía de León Abadías, dije muy solemnemente que escribiría su historia de forma completa. Han pasado muchos años, la verdad, pero eso me ha dado tiempo para buscar más documentación", explicó Alvira, que dijo sentirse "muy satisfecho" con el resultado final algo que, según indicó, no hubiera sido posible sin la colaboración de muchas personas, como las correctoras, el fotógrafo u otros asesores. "Es un libro coral", aclaró.
En el libro, Alvira recorre los momentos más destacados de la vida del autor no solo del techo de la Confianza, sino también del antiguo salón de plenos del ayuntamiento de Huesca, o de algunas de las imágenes de las cúpulas de la basílica del Pilar, además de multitud de bodegones y retratos. Nacido en 1830, en una casa que ocupaba el patio de la actual residencia jesuíta, León Abadías pronto despuntó por su habilidad en el dibujo y la pintura. Estudió en Madrid y Zaragoza hasta convertirse en catedrático de dibujo, sobre lo que publicó multitud de estudios. Esta tarea le llevaría más tarde, después de participar en la guerra siguiendo a sus ideales carlistas, hasta Córdoba, donde murió en 1894.
Alvira se trasladó a la ciudad andaluza para seguir la pista de Abadías y recorrer los edificios donde vivió y los lugares donde dejó una impronta de su obra. Así, ilustra los datos de la monografía con fotografías de estos rincones y recortes del Diario de Córdoba, donde su necrológica llegó a ocupar la portada.