Aragón lanza un protocolo para atender a los pacientes que se niegan a recibir transfusiones

El Comité de Bioética emite una guía ante los conflictos asistenciales que surgen. Solo en Zaragoza hay más de 1.500 Testigos de Jehová.

El Comité de Bioética de Aragón ha lanzado una declaración ante los conflictos que cada cierto tiempo surgen en hospitales y centros sanitarios cuando hay que tratar a pacientes que se niegan a recibir transfusiones de sangre y que, sobre todo, pertenecen a los Testigos de Jehová.


Solo en Zaragoza hay más de 1.500 miembros de esta iglesia, y aunque existen tratamientos alternativos en muchos casos, fue la comunidad de los Testigos la que pidió una solución ética y homogénea al Comité, ya que consideraban que no siempre se les daba una atención correcta ni homogénea. En concreto, cada cierto tiempo surgían problemas ante el recelo que causaba en algunos profesionales tener que intervenir a algún paciente que negaría una transfusión si la necesitara, y se ha llegado a derivar a pacientes a otras comunidades, como Valencia. Cuando se trataba de menores, el conflicto era aún más delicado.


Una de las funciones de este órgano, que funciona desde hace más de un año, es la de que ofrecer soluciones viables desde la ética. En este caso, la vicepresidenta del Comité, María Elósegui, aclara que uno de los principios que se ha seguido es el del "acomodamiento razonable", basado en armonizar la aplicación de las leyes con las diversas identidades y tradiciones culturales y religiosas.


Unas bases para todos


El protocolo ya ha sido presentado al consejero de Sanidad, Ricardo Oliván, y aunque las recomendaciones de este grupo de 18 expertos no son vinculantes, se ha decidido que se aplicará. En primer lugar, todos los hospitales deberán poner en marcha protocolos específicos. Si el paciente es un adulto capaz que se niega a ser transfundido, los profesionales tendrán que asegurarse de la necesidad de la transfusión y, si es posible, seguir pautas alternativas (como la autotransfusión o tratamientos farmacológicos que favorecen la producción de componentes de la sangre).


Se le informará objetivamente de los riesgos de no seguir el tratamiento y de sus beneficios y, una vez ahí, se respetará su deseo de rechazar la transfusión, reflejándolo en la historia clínica y en el consentimiento informado. Si no se niega de una forma inequívoca, sí que se le transfundirá.


En el caso de los adultos no capaces, lo primero es recurrir al documento de voluntades anticipadas si existe (los Testigos son líderes en presentarlos) y, si no, hablará el representante legal. Si la decisión es contraria a la seguridad del paciente, se pedirá asesoramiento al Juez.


El caso de los niños es muy claro. Si son menores de 12 años, el médico puede transfundir contra su voluntad y la de sus padres, con autorización judicial. Entre los 12 y los 14, la decisión la toman los tutores, aunque también hay que estudiar si es en su interés. Además, hay que oír al menor. En caso de discrepancia seria, y si es urgente, el conflicto llega al Juez o al Ministerio Fiscal. En Aragón, los niños de 14 a 18 años pueden registrar sus voluntades anticipadas y dar su consentimiento con la asistencia de los padres.


Se celebra el primer simposio


Este informe es solo una pequeña parte del trabajo del Comité de Bioética, que asesora al Gobierno de Aragón sobre casos éticamente comprometidos; emite informes, propuestas y recomendaciones; promueve la investigación sobre las necesidades éticas que se plantean los profesionales y asesora a los diferentes comités de ética asistencial de Aragón. De todo ello y de los asuntos que se tratan a diario hablarán hoy y mañana en el I Simposio Aragonés de Comités de Ética, al que asisten casi 200 personas en el aula magna de Derecho.


"En el día a día surgen temas cotidianos, que darían pocos titulares, pero que son vitales para los profesionales y los pacientes, y es ahí donde podemos hacer una labor de formación y mediación, siempre con la ética como bandera", explica María Elósegui, catedrática de Filosofía y Derecho.

El secreto profesional, el derecho a la información, la planificac ión sobre el tratamiento al final de la vida o las aristas en la investigación en bioética son algunos de los temas que se van a tratar.