En estado crítico un fotógrafo belga tras caerle la carga de un hidroavión

El hombre, de 51 años, pactó con el piloto que le arrojara 1.500 litros de agua para participar en la campaña de apoyo a los enfermos del ELA

La popular campaña mundial de arrojarse un cubo helado para visibilizar y financiar la lucha contra el ELA, la esclerosis lateral amiotrófica, dejó este martes en estado crítico a un fotógrafo belga vecino de Empuriabrava, en Gerona, después de que un hidroavión descargara sobre él  1.500 litros de agua en un aeródromo privado de Castelló d'Empúries, en el Alto Ampurdán. 


El fotógrafo había pactado con el piloto de la aeronave, amigo suyo, inmortalizar para los anales de la campaña la mayor ducha contra esta enfermedad degenerativa. Pero a la espera de la evolución del afectado, el plan casi se tiñe de negro porque el impacto del 'líquido elemento' lanzado a siete metros de altura fue tan virulento que dejó inconsciente al hombre de 51 años. 


La escena sucedió sobre las 11.15 de la mañana en la zona peatonal  del Aeroclub de Empuriabrava, cuando la avioneta de la compañía Skydive, que participa en la campaña contra incendidos del Ministerio de Agricultura, descargó los 1.500 litros para sorpresa del personal del recinto. 


Minutos después, una trabajadora del aeródromo llamó a los Mossos d'Esquadra alertando de la presencia de un hombre inconsciente en el suelo. Al lugar acudieron efectivos de los bomberos de la Generalitat, los propios Mossos, una ambulancia y un helicóptero del Sistema de Emergencias Médicas (SEM), que trasladó al herido al Hospital Josep Trueta de Gerona, donde ingresó en estado crítico.Fue voluntario

El gerente de la empresa Skydive, Rolf Kuratle, declaró que el fotógrafo pretendía grabar las imágenes para participar en la campaña solidaria del ELA del cubo helado. Un extremo que no fue confirmado por el piloto de la avioneta, que, sin embargo, sí reconoció en sus declaraciones a los mossos desplazados al lugar que el lanzamiento del agua había sido pactado.


El responsable de la compañía, que a su vez gestiona el aeródromo donde habitualmente se realizan lanzamientos de paracaidismo, señaló que el incidente nada tenía que ver con la actividad de la empresa, dejando toda la responsabilidad en manos del piloto de Skydive y su amigo, el fotógrado herido.   


Kuratle explicó a los bomberos que la aeronave tenía previsto realizar un entrenamiento propio de las campañas contra el fuego, con descensos a pocos metros del suelo para descargar el agua en el supuesto foco del incendio. Pero en este caso no había llamas ni humo sino un fotógrado dispuesto a captar la mayor ducha jamás retratada. No obstante, el empresario afirmó que, según sus informaciones, no se temía por la vida del hombre.  


Fuentes del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente consultadas confirmaron que el avión involucrado en los hechos estaba subcontratado para la campaña estival contra el fuego y que, fuera de ese cometido, la responsabilidad del incidente y la posible negligencia está en manos de la empresa propietaria de la aeronave y del piloto.