Comienzo agridulce para las hospederías aragonesas

Aunque los nuevos gestores se muestran optimistas el sector no pasa por su mejor momento.

Castillo del Papa Luna en Illueca
Comienzo agridulce para las hospederías aragonesas
Heraldo.es

Las ocho hospederías de Aragón intentan recuperar la clientela tras ocho meses de cierres, obras y nuevas gestiones. Aunque solo cinco afrontan esta nueva etapa con un cambio de titularidad, todas coinciden en que el sector necesita un cambio y un fuerte impulso promocional. 


El Monasterio de San Juan de la Peña, por ejemplo, abrió sus puertas en junio y desde entonces ha recibido un centenar de clientes. La gerente de la empresa Huno Gestión Hotelera reciente encargada de este monasterio, Arantxa Ayarra, asegura que la cafetería tiene mucha afluencia pero el hotel va más lento. "No hemos podido promocionar las instalaciones lo suficiente porque las licitaciones se dieron tarde. Además la inestabilidad del tiempo y el parón del cierre ha provocado que estos meses hayan sido más flojos", explica. Como ésta, la mayoría de las hospederías tiene en la restauración uno de sus pilares más importantes.


La nueva empresa que gestiona desde hace unos meses las hospederías de la Iglesuela del Cid, el Castillo del Papa Luna y el Monasterio de Rueda es la UTE Manzana Hospederías. Uno de sus responsables, Enrique Rabena, asegura que estos meses son más flojos porque los aragoneses suelen decantarse por los destinos de costa. "Es necesario llevar a cabo una labor de promoción potente para que la gente conozca el valor de estos lugares, pero lo más rentable es abrir las hospederías solo 8 meses al año", explica Rabena. Para ello, este grupo quiere apostar por los bonos para familias y parejas, por la celebración de actos y congresos y por fomentar el restaurante entre los vecinos de la zona.

Una rentabilidad variable


Una inestabilidad que viene sufriendo desde hace años el sector y que el Gobierno de Aragón intentó paliar en verano de 2013 planteando un modelo de gestión en bloque, que concentraba la gestión del Monasterio de San Juan de la Peña, el Palacio de Allepuz en Teruel, el Palacio de la Iglesuela del Cid, el Castillo Papa Luna de Illueca  y el Monasterio de Rueda en Zaragoza, en una sola empresa.


El escepticismo en torno a la rentabilidad de estos alojamientos alejó entonces a los inversores. El concurso quedó desierto y dio paso a uno nuevo basado en la explotación individual de las hospederías a principios de este año. Aprovechando el paréntesis de las adjudicaciones, el Gobierno de Aragón acometió obras de adecuación y mejora de las instalaciones por valor de 1,5 millones de euros y cerró durante meses las hospederías. A su vez, planteó la posibilidad de que otra empresa llevará la labor comercial y publicitaria de todas ellas. 


Algo que los nuevos alojamientos esperan con impaciencia. Desde el Palacio de Allepuz en la comarca del Maestrazgo inciden en que "hay que luchar por una marca comercial que nos agrupe a todos como una red de calidad". Estas instalaciones abrieron el 1 de julio bajo la gestión de la empresa Conturismo S.L.


A pesar de llevar tres años cerrado y del poco tiempo que han tenido para promocionar las instalaciones, aseguran que se encuentran a un 45% de ocupación y el restaurante cuenta con mucha aceptación. "No podemos quejarnos porque la gente se va satisfecha y muy sorprendida del entorno y las instalaciones", explican.  Y confían en que la tendencia se mantenga en los meses de invierno para lo que piensan dirigir su oferta con actividades históricas, de esquí, catas o música en directo.

Criticas de la oposición

Algunos partidos en la oposición critican el sistema actual de gestión. Luis Ángel Romero, diputado de IU en las Cortes de Aragón, sostiene que debería ser la sociedad pública de Turismo de Aragón la que gestionara estos establecimientos. "Se trata de un revulsivo turístico y por lo tanto económico muy importante para las comarcas por lo que hay que garantizar una gestión estable que no esté condicionada por los vaivenes del mercado y la rentabilidad". Algo que vienen sufriendo desde hace años en la hospedería del Castillo de Loarre. "Desde 2009 hemos reducido en torno a un 20% el número de clientes y vamos aguantando como podemos", explica el gerente, Jorge Valdés.