La Costa del Sol hace competencia a Salou y capta al 20% de los turistas aragoneses

Marbella, Fuengirola o Ronda se postulan como alternativas a la saturación de las playas de Tarragona en temporada alta

El buen tiempo atrae a los primeros bañistas a la playa de Levante de Salou, pero el grueso no llegará hasta julio o agosto.
El buen tiempo atrae a los primeros bañistas a la playa de Levante de Salou, pero el grueso no llegará hasta julio o agosto

Salou gusta, pero su saturación en julio y agosto, unida al precio de sus hoteles y a la comodidad de viajar en tren o en avión, ha propiciado un goteo de turistas hacia otros puntos de la geografía española. La Costa del Sol, por ejemplo, ha logrado captar al 20% de los turistas aragoneses que antes pasaban sus vacaciones en Tarragona, según la Asociación de Agencias de Viajes de Aragón. En 2013, al menos 38.110 viajaron a la provincia de Málaga para pasar unos días en las playas de Marbella, Fuengirola, Benalmádena o Torremolinos. La mayoría sigue prefiriendo la Costa Dorada, pero quienes buscan algo diferente han visto en el sur de Andalucía una alternativa económica –las pernoctaciones son hasta un 10% más baratas– y bien conectada con la capital (ir en AVE cuesta apenas cuatro horas).


Pasar siete noches a mediados de julio en un hotel de tres estrellas –en una habitación para dos personas y en régimen de pensión completa– vale alrededor de 740 euros en Marbella y 940 en Salou. En uno de cuatro estrellas, el precio se dispara hasta los 1.270 y los 1.500 euros, respectivamente. Este podría ser uno de los factores que explican el paulatino descenso del turismo nacional en Tarragona. El año pasado cayó un 15%, pero los visitantes internacionales –con rusos, franceses y belgas a la cabeza– lograron salvar la temporada, que terminó con pérdidas del 2%, según la Asociación de Apartamentos Turísticos de la Costa Dorada.


La presencia de aragoneses en Salou también evoluciona a la baja desde 2007. Entonces, suponían el 33,6% de los viajeros españoles pero ya en 2011, de acuerdo con el Observatorio de la Fundación de Estudios Turísticos de la Costa Dorada, apenas llegaban al 14,7% y ahora están en el 12,28%.

Málaga, una alternativa al alza


El presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Aragón, Jorge Moncada, cree que, a pesar de la crisis, "hay público para todos". Reconoce, no obstante, que la provincia de Málaga –con sus parajes, su gastronomía, su patrimonio y su hospitalidad por bandera– "permite ver más cosas en una semana".


"La Costa Dorada es sol y playa. Andalucía, sin embargo, ofrece alternativas para aquellos días en que el tiempo no acompaña, dado que puedes ir de excursión a Ronda, al puerto deportivo de Benalmádena o al mercadillo de Puerto Banús", explica. A la hora de elegir destino, "la familia pesa mucho". "Salou es un lugar más acorde para matrimonios con niños o adolescentes y la Costa Dorada, para parejas de entre 35 y 55 años. No obstante, ambos están preparados para acoger a todo tipo de bañistas", asegura.


Moncada insiste en que la Costa del Sol sigue siendo "un destino minoritario para los aragoneses", pero confirma que su popularidad ha ido in crescendo desde la puesta en marcha del AVE.


Las ventas de viajes a la Costa del Sol han aumentado un 30% en la última década. Málaga no solo ha logrado hacerle sombra a Salou sino que "ha conseguido captar turistas de la Costa Brava, del Levante, de Asturias y de Cantabria". El único obstáculo que le separa de alcanzar mayores cuotas de mercado es el precio del AVE, unos 200 euros por persona (ida y vuelta) en temporada alta.


La distancia entre Málaga y Zaragoza, alrededor de 840 kilómetros, parece no importar a la hora de viajar en fechas puntuales, pero sí para comprar una segunda vivienda. Los hay que, acostumbrados a ir en coche a la playa, ven en Salou el sitio ideal para establecerse, ya que está a solo 238 km (a menos de dos horas y media). Allí, el 75% de los bloques construidos son segundas residencias.


Para las inmobiliarias tarraconenses, los aragoneses siguen siendo sus "clientes predilectos", ya que poseen al menos 5.550 pisos."Por mucho que se cansen, si tienen el apartamento aquí seguirán viniendo", señalan fuentes del sector. Por este motivo, aseguran que el hecho de que ya no vayan tantos como antes no es algo que les preocupe demasiado. Muchos ven "normal" que los turistas prueben nuevos destinos y comparen unos con otros.

Una nueva oportunidad

La anterior "no fue una temporada brillante" para la Costa Dorada. La ocupación media de los hoteles no bajó excesivamente, pero hubo más apartamentos vacíos. Este verano, el sector espera recuperar las buenas cifras de otros años "suba o no el turismo nacional", que en Salou, por ejemplo, supone "el 41,2% del total".

El gerente del Patronato de Turismo de la Diputación de Tarragona, Octavi Bono, reconoce que en los dos últimos ejercicios "han cambiado las tornas". "Antes predominaba el mercado doméstico, pero la crisis se ha hecho notar y ahora, prevalecen los extranjeros", expone.


Asimismo, estima que el porcentaje de bañistas aragoneses "se estabilizará este año" y rondará sus valores habituales, en torno al 15% del total de turistas nacionales.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Apartamentos Turísticos de la Costa Dorada, Josep Graset, cree que los rusos serán una vez más quienes salven la temporada. Aunque prefieren los hoteles de lujo a los pisos, los hay que se inclinan por opciones "más tranquilas". "Son clientes distintos, buscan alejarse del bullicio sin renunciar a la primera línea de playa o al servicio de habitaciones", sostiene Graset.

Pese al descenso acumulado del turismo nacional, Salou sigue rozando el 100% en julio y agosto, aunque no ocurre lo mismo en La Pineda o en Cambrils. Para poder crecer, agencias e inmobiliarias centrarán sus esfuerzos en captar nuevos clientes fuera de temporada.