Benita Planas: "En San Jorge hice la comunión y fue el día más hermoso de mi vida"

Benita Planas recuerda con emoción y todo lujo de detalles el día que hizo su primera comunión, un 23 de abril de 1925.

Benita Planas
Benita Planas

"Era mi fiesta, mi celebración. Me pusieron un vestido nuevo y todo el pueblo subió en procesión hasta la ermita de San Jorge en la sierra de Cucalón. Desde allí se veía todo el pueblo, ese día estaba especialmente bonito, las calles limpias como nunca. Estuvimos todo el día corriendo y jugando por las praderas y estaban todos, toda mi familia". Con los ojos en lagrimas y así de bien recuerda Benita Planas (Bea, Teruel, 1916), el día más emocionante de su vida.


El 23 de abril de 1925, el día de su Primera Comunión. Hoy, Benita tiene 86 años y un sentido del humor tan arraigado como su amor por esta comunidad.


A los 27 años, Benita y su hermana Pilar, dejaron Bea para ir a Zaragoza. Ambas comenzaron a trabajar en la fábrica de fideos de la avenida Cataluña, en 1943, donde hicieron mucha amistad con Flora y Goya. Las cuatro iban a bailar los fines de semana o iban a ver "la zarzuela al Principal", explica Benita.


"Por entonces, Zaragoza estaba cosida de cafés, en la calle Alfonso con la esquina del Coso se encontraba el Café Moderno. Pero el que ms nos gustaba era el Ambos Mundos. Había unos divanes redondos muy bonitos".


Benita lo recuerda con tanto cariño porque fue aquí, en este mítico café zaragozano, donde "una tarde de mucho frío, tomando un café caliente" conoció a su marido, Enrique, con el que pasó 62 años de su vida.


Ya casados, este argentino y esta aragonesa compraron una antigua vaquería en la calle Garcia Arista. Allí, entre las mismas paredes que, en su día habían cobijado a los mulos y vacas, Benita y Enrique instalaron un taller de maquinaria agrícola y un huerto con el que salir adelante.


Hace unas semanas, Benita, ya en silla de ruedas, cumplió una vieja ilusión. Subió una vez más , esta vez con la ayuda de su familia y con una valentía admirable hasta la antigua ermita en lo alto de la sierra. Allí contempló de nuevo, como aquel día de 1925, su hermoso pueblo natal. El mismo lugar en el que fue feliz un día como hoy, un 23 de abril de hace muchos años.